Inicio / Suplementos / Pesca Deportiva / DONDE HABITA EL PACÚ

DONDE HABITA EL PACÚ

Esquina – Corrientes

Amplios bañados y esteros ubicados al sur de Esquina, suelen ser el territorio elegido por uno de los peces más esquivos de nuestro litoral: el pacú.

La figurita difícil del río, la que suele insumir varias horas de pesca para tener algún pique, o quizás ninguno, la que con cada cambio en el nivel del río o el clima, cambia su comportamiento, la que hoy pica con vehemencia y mañana desaparece como por arte de magia: el pacú. Sí señor, ese pez emblemático de nuestro Paraná que le quita el sueño a más de un pescador, es el pez que en Esquina, ha encontrado su domicilio fijo, y con mucha razón desde hace ya muchos años se le rinde homenaje en su Fiesta Nacional. El lechón del río, de figura ovalada, pique sutil, pelea brava, es el objetivo de esta nota, que afortunadamente pudimos concretar en un momento en el cual las condiciones no eran las mejores, pero que alcanzó para demostrar que la especie cada vez muestra mejor presencia en la región.

Cuando hablamos con Jorge Cortés, del complejo Aventura en Esquina, las condiciones del clima eran muy malas, muchas lluvias en todo el litoral, y como consecuencia de ello, escasas excursiones de pesca, y pocos datos del pique. Pero viendo el pronóstico, en una semana de inestabilidad, aparecía un día con cielo despejado, y por ende, concretamos el viaje hacia el Portal Sur de la provincia.

Llegamos con lluvia hasta el complejo y nos dispusimos a armar los equipos, rogando que al otro día las condiciones mejorara, y que el pronóstico no nos fallara. Mientras organizábamos los equipos, llegó nuestro guía “Mojarra” quien a pesar de no tener muchos datos cercanos de pacúes, le tenía una gran fe a nuestra salida: “algún pacú vamos a sacar…”

Con estas sencillas palabras dando vueltas en mi cabeza, cenamos y nos fuimos a descansar.

Sol a pleno

Apenas abrí los ojos, fui hasta el ventanal de la habitación para ver el cielo, y afortunadamente solo algunas nubes se veían. ¡Día perfecto para la pesca! y junto a Valentín, mi hijo, fuimos a desayunar. Mientras tanto, nuestro guía preparaba la lancha con todo para pasar una jornada a pura búsqueda del pacú.

Con todo listo, zarpamos desde el muelle, y pusimos proa hacia el norte, con destino a los dominios del pacú.

Cuando nos detuvimos en el primer punto de pesca, nos llamó la atención el sedimento que arrastraba el agua, algo que no le gustó demasiado al baquiano. Encarnamos los anzuelos con bolitas de masa saborizada y también con el tradicional coquito, una de las carnadas más empleadas en la zona  y que proviene de una palmera clásica de esta franja de la provincia.

Lanzamos los aparejos con unos plomos redondos de unos 30 a 40 gramos y aguardamos las respuestas. Pasaron unos minutos y al levantar los aparejos vimos gran cantidad de sedimento que cubría nuestros cebos. Inmediatamente nos movimos de lugar buscando otros ambientes. En dos o tres lugares más corrimos con la misma suerte, mucha mugre arrastrada por el río, consecuencia de las grandes lluvias del norte.

En un momento, navegamos un rato más aguas arriba, hasta llegar a una zona en donde el agua estaba más turbia, pero no había rasgos de vegetación arrastrada por la corriente. En este sitio nos detuvimos y lanzamos. Tras unos minutos, las bogas comenzaron a atacar la masa y los coquitos: “acá hay bogas, también puede haber algún pacú…” se entusiasmó el guía.

Esperamos unos minutos, hasta que siento en mi caña dos piques más violentos que los de las boguitas. Aguardo unos segundos, y y siento la arrastrada de la carnada y el tambor que comienza a girar a mayor velocidad. Trabo el reel, y acompaño la bajada de la caña y, cuando creo que es el momento, afirmo la vara: “¡pacú! comenta el guía, y veo que la línea sale disparada hacia el medio del río. El corazón que late más fuerte, y desde el otro extremo la potencia del lechón del río que  intenta refugiarse en los camalotes. Unos minutos de suspenso hasta que vemos la figura ovalada del pez salir a la superficie. ¡Hermoso pacú! que impone su respeto con las últimas embestidas, antes que lo icemos a la lancha. Una vez asegurada la presa, descargamos la felicidad del momento. Hermoso ejemplar, de colores bien oscuros, típico de laguna y de aguas claras. Tras las fotos, lo regresamos al agua, esperanzado en tener otro pique.

Esta primera captura había tomado la masa saborizada, por lo que volvimos a encarnar con este cebo, para lograr resultados.

Pasaron unos minutos y solo tuvimos piques de bogas medianas y pequeñas, que se hacían difíciles de clavar ya que los anzuelos eran para el pacú.

“Mojarra” decidió que cambiáramos de lugar. Navegamos aguas arriba, buscando sitios similares. No logramos respuestas de pacúes, solo varias bogas.

Ya en horas de la tarde, decidimos regresar a donde habíamos tenido la captura del pacú. Se ancló la lancha unos metros más arriba y aguardamos el pique.

Pasaron unos minutos, y la caña nuevamente acusa un toque, diferente al de las bogas. Me aferro a la vara esperando la llevada, y siento el pesado arrastre hacia el medio del río. Afirmo la caña y otra vez, la maravillosa pelea que se desata y el delirio de quienes estábamos buscando a este pique. ¡Otro pacú!, más pequeño que el de la mañana, pero no menos importante, para confirmar que aún faltando un poco de tiempo para que la especie se asiente en la zona, ya hay buenas respuestas.  “El año pasado en esta zona, fue donde más pacúes se sacaron en el concurso….” nos decía el baquiano, con una sonrisa de oreja a oreja. Fotos y al agua, y la orden para regresar a Esquina, a festejar por los resultados de la jornada. Fueron varios piques de bogas, y tan solo dos de pacúes que pudimos concretar afortunadamente.  Esta especie es así y quienes la buscan saben que demanda tiempo, y paciencia. Seguramente cuando llegue la época de la Fiesta, la especie ya se habrá afirmado en la región, y Dios quiera el clima comience a ser más benévolo para los habitantes litoraleños.

Regresamos a la cabaña, con la inmensa felicidad de haber cumplido un objetivo difícil, y con el compromiso de regresar para la Fiesta Nacional del Pacú una cita imperdible con los mejores espectáculos y con el gran gladiador del río.

Deja un comentario

Abrir chat
Hola ¿Quiere que hablemos?
Si desea comunicarse con un representante de la Revista El Pato, lo invitamos a contactarse por WhatsApp