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Un rifle modular: el Sauer 202.

Es una nueva modalidad para fusiles deportivos que se origina y desarrolla en Europa, con la prescindencia de la producción norteamericana, que sigue construyendo fusiles de manera tradicional, si bien con materiales y métodos modernos, debiéndose exclusivamente a bajar costos, no a producir un arma novedosa.

Por Hernán Lapieza

¿Y en qué consiste el ser modular? En acercarle al usuario una enorme gama de posibilidades para conformar el arma que más lo satisfaga. Por ejemplo, en el Sauer 202 se pueden combinar: cinco culatas y cinco chimazas (ambas en tres materiales distintos y las de madera con diez grados de calidades), ocho cerrojos, ocho básculas, tres gatillos, diez tipos distintos de cañón en cinco longitudes, cuatro acabados de superficie para metales, tres tipos de miras abiertas y un total de 23 calibres. Esto es posible por el uso de tornos y fresadoras computarizadas, que permiten una fabricación en serie con mínimas tolerancias y el reemplazo de una pieza por otra sin necesidad de ajustes. ¡Desgraciadamente esa precisión se refleja en el precio final del arma!

El que tenemos a mano es un modelo S202, con madera y caño flutado de 22 pulgadas, con acabado mate, llamado “Ilaflon”, en calibre 9.3×62 Mauser. Se le adjuntó un montaje Leupold QR para poder quitar y reponer el visor sin tener que recalibrarlo. Arriba tiene una mira Zeiss Classic 2.5-10×50 con retículo iluminado.

La terminación de culata y chimaza se hizo con un acabado sutil, no demasiado brillante, y un segrinado impecable con diamantes pequeños. La chimaza termina en un schnabel de caoba y el caño no la toca en todo su recorrido.

Es de destacar que el concepto del arma difiere radicalmente de aquel de los fusiles tradicionales, como, por ejemplo, el Mauser modelo 98. En este y sus “descendientes”, la culata “acuna” y contiene a acción y cañón; en el Sauer, en cambio, la culata y la chimaza están, diríamos, “colgadas” de la acción y se pueden reemplazar sin perder precisión, algo imposible en un modelo 98, porque habría que hacerle un “bedding” o ajuste nuevo en cada culata.

Tanto culata como chimaza se cambian rápidamente con una llave Allen, que se acomoda en un largo espárrago que se introduce por la mitad del culatín de goma y por el orificio donde se asegura el agarre de la correa.

Una vez sacada la chimaza, el cañón se saca soltando dos tornillos y se puede reemplazar por otro de la misma familia de cartuchos. Por ejemplo, este cañón 9,3×62 se podría reemplazar por un 35 Whelen , un 30-06, un 270 Win., o un 25-06. Para poder usar un cañón en 300 Win.Mag. habría que cambiar también el cerrojo, porque la cabeza de ese cartucho es más grande que la del 9.3×62.

El guardamonte contiene un gatillo al pelo tipo francés (se activa empujándolo hacia adelante) y el seguro, que se coloca con el pulgar apretando un botón en la rabera y se quita apretando hacia arriba con el índice el botón que se ve adelante del gatillo. En el costado izquierdo se encuentra el retén para quitar el cerrojo.

El cerrojo es forjado de una pieza con seis tetones de cierre y acerroja directamente en el cañón, no en el cajón de mecanismos, como en un modelo 98. En la cabeza podemos ver el extractor y el eyector activo: como el lector habrá advertido, el sistema de carga es tipo push feed, como en los Mauser modelo 1891.

El cargador detachable carga tres cartuchos en fila simple para lograr una alimentación directa y segura. Se quita con un botón que se encuentra en un receso, para que no se active involuntariamente, adelante del guardamonte.

En síntesis, se trata de un arma moderna, precisa y que permite a los cazadores de ciertos países europeos, donde el número de armas está restringido, tener un solo rifle con varios calibres para los distintos tipos de caza que quiera encarar.

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