Por Luis Frixione luisfrixione1922@yahoo.com.ar
Este artículo está ilustrado con fotos de archivo
La consulta de algunos lectores nos lleva a cosas que suponemos simples y básicas. Una ocasión propicia para dedicarle algunos párrafos a los que recién empiezan.
Debemos hacer un mea culpa: no siempre tenemos presentes de los novatos. Y es lógico que nos reclamen atención aquellos que están dando sus primeros pasos en el aristocrático deporte de la caza menor con escopeta, pues estas páginas siempre deberían tener un espacio para la formación de los nuevos cazadores.
Hay pequeños temas, algunos primeros conceptos, que deben ser explicitados porque, a pesar que puedan parecernos obvios a los que ya somos viejos, no son tales para los que recién empiezan en estas lides. En educación hay un viejo apotegma: no existen las preguntas tontas, y la razón es sencilla pues si alguien necesita hacerla es porque para ÉL es importante. Dicho de otra manera, una pregunta puede parecer tonta para quién la contesta, pero jamás para quién la realiza.
Hace unos meses recibimos un correo electrónico que, entre otras consultas, nos hacía estas dos preguntas: “¿Qué diferencia hay entre perdigón y munición?” y, más adelante, “¿Qué número debo usar para la perdiz, la liebre y el pato?”.
Estas consultas, que pueden parecer demasiado básicas para quienes ya cazan hace tiempo, evidentemente no lo son para los que están haciendo sus primeras tiradas… sobre todo si ese comienzo no es de la mano de algún viejo cazador.
PERDIGONES Y MUNICIONES
Esta consulta es menos superficial de lo que parece porque surge de la duda que genera el uso cotidiano y coloquial de estas palabras, pues en distintas zonas de nuestro país se usan para designar cosas diferentes.
En algunas provincias o localidades, se usa la palabra “perdigón” para designar a la munición mediana y gruesa para caza de animales de mayor porte (lo que en otras zonas se llama “posta”). En cambio, se usa el vocablo “munición” a la fina destinada a las aves y pequeños mamíferos. Y, aunque parezca raro, en algunas zonas es a la inversa… y esto es lo que confunde a muchos cazadores novatos.
El diccionario de la Real Academia Española dicen que “munición” (del latín
munitio, -ōnis que significa construcción o muro de defensa) tiene los siguientes significados:
– carga que se pone en las armas de fuego
– pedazos de plomo de forma esférica con que se cargan las escopetas para caza menor (evidentemente, este es el significado que más nos interesa)
– Pertrechos y bastimentos necesarios en un ejército o una plaza deguerra
El mismo diccionario dice que la palabra “perdigón” tiene dos tipos de significados. El primero, que más nos ocupa, deriva de la palabra “perdiz” y puede significar
1 pollo de la perdiz
2 perdiz nueva
3 perdiz macho que emplean los cazadores como reclamo
4 cada uno de los granos de plomo que forman la munición de caza (este es el que nos interesa)
El segundo significado de “perdigón” viene de la palabra “perder” y se llama así al hombre que pierde mucho en el juego o malgasta su dinero. Es decir que también se usa como sinónimo de “perdedor”, pero este es una acepción que no nos convoca.
Como se puede ver, las palabras “perdigón” y “munición” son sinónimos, aunque en algunas zonas de nuestro país se les adjudique otro sentido.
No obstante lo anterior, en algunos países tiene variantes, por ejemplo en España se llaman “perdigones” a las municiones finas (hasta los 6mm de diámetro aproximadamente), “postas” o “balines” a las municiones medianas (entre los 6 y 9 mm) y “balas” a las esferas mayores a 9mm. Como se ve, más allá que las palabras “munición” y “perdigón” sean sinónimos, adquieren significaciones diferentes según la historia, la cultura y las tradiciones de la caza local, regional o nacional.
NUMERO = TAMAÑO
Si bien dedicaremos más espacio a este tema el mes próximo, haremos una aproximación para no llegar demasiado tarde en el desarrollo de la temporada porque, como dijimos, no queremos abandonar a los más novatos.
Los perdigones o municiones están ordenados según un número y/o letra de menor a mayor diámetro pero con numeración inversa, es decir el número mayor corresponde al menor diámetro (munición más fina).
En algunos países se los puede encontrar desde el 13 (más fino o pequeño) hasta el 1 (más grueso). Luego les siguen el 0, 00 y 000 y luego letras, pero no nos meteremos en eso porque ahora hablamos de caza menor… además más grueso que el número 1 no nos interesa en esta nota porque en nuestro país no hay aves habilitadas para la caza que exijan más allá de ese tamaño. En el mercado argentino se los puede conseguir desde el número 10 al 1.
Como es obvio, cuanto más chico sean los perdigones, mayor cantidad entrarán por unidad de peso y/o cartucho. A la inversa (aunque elemental pero necesario aclararlo) cuanto más grandes sean los perdigones, menos caben por unidad de peso y/o cartucho. Dicho esto, el número de las municiones determina dos variables: tamaño y masa (es decir poder de volteo de cada perdigón), y cantidad de plomeo de la perdigonada (es decir cantidad de impactos por área determinada).
Cada vez que se elige el número de los perdigones (medida del tamaño individual) se manejan esas variables antes citadas, es decir que se decide si el disparo tendrá muchas municiones finas o menos cantidad pero más gruesas. En otras palabras hay que elegir entre impactar con muchos perdigones chicos o con menos pero más demoledores (tamaño vs cantidad).
A LOS BIFES…
La perdiz es un pájaro pequeño y débil pero de vuelo repentino e indeterminado, por lo que se usan perdigones finos para tener perdigonadas nutridas y porque no hace falta grandes proyectiles para derribarla. Según el gusto o elección de los cazadores, comúnmente se usa de número 10 al 7, aunque la mayoría utiliza 7, 7 1/2 u 8
En cambio, el pato es un animal mucho más duro y resistente, y de vuelo predecible, por lo que se sacrifica densidad de la perdigonada (menor cantidad de municiones) para contar con mayor poder de volteo, es decir impactos más letales por perdigones más grandes y pesados. En nuestro país se suelen usar desde el 6 al 3, aunque la mayoría elije el 5.
Para la liebre se suele elegir el 3 y los que gustan de cazar vizcachas usan del 3 al 1.
Todo lo anterior, es una generalización y simplificación que deja demasiados aspectos sin considerar, pues faltaría hablar de otros factores en juego como la distancia del disparo, la energía cinética según el tamaño de los perdigones, los distintos chokes que modificarán la dispersión de la perdigonada, los distintos gramajes de carga de los cartuchos, etc. Pero esto lo veremos el mes que viene.
Esperamos haber ayudado… de lo contrario habremos hecho nuestro pequeño aporte a la confusión general.