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San Pedro, paraíso de taruchas

Apenas escuché la voz del guía Pedro Prats me dije: “¡al fin; este era el llamado que estaba esperando!” Las buenas noticias no se hicieron esperar: “venite ya; las tarariras están como locas; atacan lo que les tires, señuelos o moscas; si traes dos buenos pescadores te garantizo más de cincuenta tarariras cobradas por caña.”

Por Luis Kurz

Ante tamaño convite solo atiné a responder que pasado mañana a las ocho estábamos en el embarcadero. Su respuesta fue por demás interesante: “traigan bebidas; el asado lo pongo yo”.

Inmediatamente me comuniqué con mis amigos Daniel y Marcelo para terminar de armar el equipo.

El día del relevamiento no podría haber sido mejor: poco viento del norte, ausencia de nubes y un potente sol anunciando que el largo invierno finalmente estaba llegando a su fin.

En dos horas, con desayuno incluido en una estación de servicio de San Pedro, ya estábamos acomodando los equipos en el cómodo y seguro tracker impulsado por un Yamaha cuatro tiempos de 115 caballos de fuerza.

La pelea implacable de la brava tararira

La zona de pesca es conocida como islas de las Lechiguanas (inmenso archipiélago fluvial deldelta del Paraná). Navegamos hasta la vuelta de Obligado y entramos por el arroyo González para luego tomar el Sepultura y, en una hora y veinte minutos, bajar a tierra.

La pesca se realiza en los desbordes del arroyo. Gracias a las crecientes, esta zona estuvo varios meses inundada. En estos momentos está bajando el nivel y, por ese motivo, los campos vuelcan “agua negra”, rica en especies forrajeras, hacia los arroyos.

Cuando lanzábamos nuestros engaños hacia el cauce principal tomaban doradillos de alrededor de un kilo. Cuando lo hacíamos hacia la laguna eran tomados por tarariras.

El desafío de cincuenta tarariras por pescador fue ampliamente superado y llegamos a no menos de ochenta a noventa piezas por persona. Es bueno aclarar que, en nuestro caso, todas fueron devueltas al agua.

Fue imposible emplear algunos señuelos debido a la gran cantidad de piques por tiro: un ejemplo es el pescado de goma con cuchara. En muchos tiros venían dos tarariras, una de cada triple. El Spinfish también lo guardamos, dado que era tragado por los peces y les lastimaba la boca en demasía.

Hermoso ejemplar de tarucha
Los artificiales que dieron resultado

Mientras disfrutamos del asado, Pedro nos comentaba que en estos momentos el accionar de los comerciales en esta zona era escaso, debido al alto valor del combustible y al poco precio que les pagan los acopiadores o las fábricas de harina de pescado. Ojalá esta situación se mantenga y tendremos asegurada una excelente temporada en San Pedro.

Lamentablemente debemos confiar en este tipo de variables para el cuidado y control de la fauna, ya que las autoridades hacen la vista gorda permitiendo tanto a los “artesanales” como a los deportivos cualquier tipo de desmanes.

Los señuelos más rendidores fueron Subwart, ranas de goma con anzuelos dobles con cuchara delantera o sin ella, Jitterbug simple o articulado, paseantes, Super Bait Popper y Oreno.

Disfrutar de los momentos mas lindos, en contacto con la naturaleza

En realidad fue una ocasión ideal para emplear todos los señuelos de las cajas, especialmente esos que jamás tuvieron un pique.

En el caso del fly, tirando con streamer en el arroyo tomaban los doradillos y con un caimán de goma Eva, descrito más adelante, lanzando hacia los desbordes picaban las tarariras.

En este último caso fue efectivo, después del lance, poner la caña debajo del brazo y traer el engaño en forma continua y no de manera tradicional. Otra mosca muy efectiva fue Titanic.

Equipos

En mi caso empleé en bait una  caña seis pies, de 8 a 20 libras, con reel Curado 101. Para fly, caña ocho con línea de flote. Daniel optó por un equipo de spinning con caña de 6,6 pies y reel shimano Sedona 2000. En fly usó una caña ocho con línea de flote weight forward. Marcelo, en bait: caña Five Star de seis pies y reel Curado 201.

Recomendaciones

El líder debe ser de buena calidad, especialmente los mosquetones; los piques son tan furibundos que suelen abrirse, y se pierden pez y señuelo.

Al bajar nos podemos encontrar con la costa embarrada: es recomendable llevar una muda de ropa y calzado para cambiarse.

En la zona casi no hay sombra y resultan imprescindibles gorro o sombrero, lentes, pantalla solar y repelente, además de llevar abundante líquido para tomar.

Guía en San Pedro – Pedro Prats: 03329-15-547791 – Luis Kurz kurzluis@gmail.com

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