Luis Frixione luisfrixione1922@yahoo.com.ar
Una carabina que hizo historia, modelo icónico de FM, salió al ruedo en Neuquén para capturar conejos y liebres. Una caza tan divertida como interesante: sin mira telescópica y con presas muy huidizas.
Hay situaciones de caza que disfrutamos por la sola actividad en sí misma… y otras que gozamos por los recuerdos que nos traen del pasado, como pequeñas reminiscencias de momentos tan queridos como lejanos.
Es como cuando percibimos ese olor que nos recuerda a la carne al horno del abuelo, o el de las milanesas de mamá, cosas que nos devuelven recuerdos gratos y queridos. Como los bizcochos de grasa con el mate de las mañanas sabatinas de invierno, en plena temporada de perdices, cuando partimos hacia los potreros…
Hay cosas que nos devuelven lo vivido, aunque sea muy lejano.
TIRO SUIZO
Nací y crecí en el viejo barrio Tiro Suizo de Rosario, nombre que recibió a fines del siglo XIX del club homónimo. La Sociedad Tiro Suizo, fundada en 1889 por la comunidad helvética de la ciudad, fue el segundo club de tiro del país, hoy ya es centenario y decano de las instituciones dedicada al deporte de las balas y los blancos.
Allí, de manos de mi abuelo Luis, empecé a disfrutar de los polígonos a los 11 o 12 años. Luego, cuando cursaba la secundaria, ya iba solo… ¡qué épocas aquellas! Hoy parece una locura que un chico de 13 años fuera solo (si, leyó bien, iba solito), pagara una línea de tiro, comprara una caja de balas y pidiera prestada una carabina del armero del club. Pero era así, y a nadie se le ocurría pensar que era un aprendiz de delincuente.
En el club había a disposición de los pibes y aprendices carabinas de competición Halcón modelo 82 para disciplinas olímpicas y las hermosas FM isleña. Ambas armas de fabricación nacional, orgullo de la industria armera argentina. ¡Cuánto disfruté de aquellas tardes tirando! Ahorraba moneda sobre moneda para comprar las cajitas rojas de Orbea .22 ¿Se acuerda de esas balas?
Pasaron los años y siempre quise volver a esos primeros amores… pasó mucho tiempo hasta que pude tener esas dos viejas pero insignes armas. Hubo que crecer, ahorrar y, sobre todo, costó mucho encontrar alguien que las quisiera vender.
Para cualquiera son fierros nomás, pero no para mí… esas armas me llevan a mi niñez y adolescencia, lo reviven al abuelo Luis y me devuelven muchas cosas perdidas. Usted comprende de qué le hablo.
LA ISLEÑA
Esta hermosísima carabina, tan apreciada por los liebreros profesionales de la década del ´70 y ´80, pertenece a un grupo de armas fabricadas bajo licencia Beretta por la otrora “Fábrica Militar de Armas Portátiles Domingo Matheu” ubicada en avenida Ovidio Lagos en la zona sur de la ciudad de Rosario, histórica planta fabril reconocida por la calidad de su producción que fue arrasada por la loca e infame ola privatizadora de los ´90… tan loca como absurda y asesina.
En la “Domingo Matheu” se fabricaron y/o ensamblaron bajo licencia Beretta las famosas y excelentes escopetas superpuestas calibre 20, las carabinas calibre .22 LR modelo “Sport” (copia de la “Super Sport” italiana), la modelo “Competición” (símil de la “Olimpia” italiana) y la modelo “Isleña”, que era de mis amores y es objeto de la presente nota. Todas estas armas son de una calidad sobresaliente (no sólo por ser licencia Beretta, sino también por la excelencia que caracterizó a la fábrica militar rosarina) y son muy codiciadas por cazadores, tiradores y coleccionistas.
La “Isleña” tiene el cajón de mecanismo de la modelo “Sport” pero la culata está inspirada en la carabina M1 calibre .30 arbine que EEUU usó en la II Guerra Mundial y en Corea.
La FM “Isleña” venía provista con una mira ortóptica de tipo militar y el guión protegido por dos orejas laterales. El alza es regulable en deriva por una rueda moleteada y ofrece dos posibilidades (50 y 100 metros) que pivotean sobre un eje transversal. El guión es regulable en altura.
Y, aunque se vendían con cargadores con capacidad de 5 balas, se podían conseguir de mayor capacidad.
Por lo menos mi carabina, es de un funcionamiento excelente y me enorgullece, aunque seguramente jamás podré ser objetivo sobre ella.
CONEJOS
Desgraciadamente para los que somos de la pampa húmeda, no tenemos posibilidades de practicar la caza menor de pelo con bala. Las pequeñas extensiones productivas y la gran cantidad de pueblos y ciudades hacen de esta práctica algo peligroso y mal visto, por lo que tenemos que viajar bastante para poder cazar.
Aprovechando un viaje a la querida Junín de los Andes, visité a los amigazos de estancia La Rinconada donde ya hicimos muchas notas sobre ciervos y jabalíes, pero esta vez con dos objetivos distintos: disfrutar de la vieja “isleña” y probar en terreno el calibre .17 que será motivo de otro artículo.
Luego de matear un rato largo en la cocina con Don Atilio, al final de la tarde rumbeamos con Willy y Luis hacia el fondo del mallín donde está plagado de conejos. Con los bolsillos llenos de balas .22 como cuando era pibe, caminé con la “isleña” en las manos que me prometía una linda jornada de caza sin ayuda de mira telescópica, pues sería una pena arruinar su estética con uno de esos aparatos de puntería.
Comenzamos en las conejeras de las laderas donde reina la flora típica de la estepa. Allí la cosa era complicada porque los conejos son una luz escapando entre los neneos y arbustos bajos: había que encarar rápido y tirar a la carrera a esos bichos que parecían “Speedy Gonzalez”… pero uno cometió el error de parar para mirarnos. Y cayó el primero para la cacerola que, créame, son exquisitos pues tienen carne tierna y blanca (muy distinta a la dura y oscura de la liebre) que es igual a la de los que se venden en las carnicerías.
Luego fuimos hacia el mallín donde el suelo es llano y el pasto verde muy bajo, y fue más fácil pues nos escondíamos detrás de los arbustos para dispararles cuando los veíamos comer tranquilos cerca de la madriguera. Allí cazamos el segundo y tercer conejo.
LIEBRES
De día las liebres son difíciles para la caza con bala, y usted lo sabe mejor que yo: son invisibles estando echadas y cuando saltan son como un rayo. Con escopeta es otra cosa, pero con carabina es muy jodido.
Al caer la noche, Willy me propuso “dar una vueltita con la camioneta para liebrear un poco”, y no pude decir no porque sería la oportunidad de probar la mira ortóptica en una cacería nocturna.
Si bien no es fácil porque hay que ubicarse correctamente junto al haz de luz del reflector, con la iluminación adecuada el resultado es excelente. Y las liebres se pueden apilar porque la abundancia de estos animales es increíble.
BALANCE
Como recreación, la caza menor con bala de conejos y liebres es sumamente atractiva y estimulante. Y en términos deportivos, tiene un grado de dificultad interesante… sobre todo si se hace sin miras telescópicas.
Evidentemente, la mira ortóptica es mucho más eficiente para la caza de pequeños animales que las miras de alza y guión, pero también brindan menos seguridad que las telescópicas, por lo que son un intermedio interesante y desafiante.
La caza de conejos brinda una muy interesante dificultad de día porque son muy huidizos, aunque de noche son muy zonzos y tienden a quedarse encandilados y quietos sin escapar hacia la madriguera. Con las liebres, de día es muy complicado realizar puntería, mientras que de noche es mucho más accesible.
La abundancia de liebres y conejos en Neuquén es sorprendente, pero más llamativo es el hecho que no se promueva su caza considerando que se trata de animales exóticos que necesitan control poblacional (tal como lo indican todos los biólogos) y podrían ser un atractivo muy importante para el turismo cinegético internacional: los italianos o españoles pagarían fortunas por poder cazar 10 0 15 ejemplares diarios (que en sus países es algo impensable y aquí se logran en un par de horas). Es realmente un absurdo desaprovechar este recurso (que es plaga y causa daños ecológicos importantes) pudiendo generar puestos de trabajo y recursos como turismo receptivo.
Y, finalmente, la caza con esta famosa y excelente carabina es un verdadero placer, que ya intuíamos por haberla disfrutado durante tanto tiempo en los polígonos del viejo Tiro Suizo de Rosario. Se trata sencillamente de una obra maestra de lo que supo ser la industria armera nacional.
Si va para Junín de los Andes en temporada de caza menor, no deje de llevar su carabina y llamar a Don Atilio de La Rinconada.
RINCÓN DE LOS QUE RECIÉN EMPIEZAN
Las miras ortópticas son normalmente usadas en armas largas, tanto para competencias deportivas como en el ámbito militar. Consiste en un diopter intercambiable (orificio a través del cual se mira) regulable en altura y deriva (fotos 1 y 2), y un guión dentro de un túnel o un vástago vertical (foto 3). Se trata de miras muy eficientes que permiten un rápido encare.
AGRADECEMOS
a Don Atilio y Willy que siempre nos reciben con una increíble hospitalidad, y nos posibilitan cacerías memorables, a Luis por su bonhomía, trato respetuoso y asistencia en la realización de esta nota y a la estancia La Rinconada, que siempre nos invita a cazar, (02972) 492049, (0294) 154 640407, (0294) 154 168676
La invitación de cabañas EL PUESTERO y las atenciones de Mariela y Fernando que ya son amigos
www.elpuestero.com.ar / (02972) 491639 / elpuestero@elpuestero.com.ar
El apoyo logístico de la oficina de Turismo de Junín de los Andes (02972) 491160 // 0294-154531106. Atención al público de lunes a lunes de 8 hs a 21 hs / www.junindelosandes.gob.ar