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Río de la Plata – Una temporada para el recuerdo

Si por algo vamos a recordar los pescadores porteños esta temporada estival es, sin dudas, por la excelente pesca de dorados que disfrutamos.                          

Por Luis Kurz

Hace varios meses que en el Río de la Plata, tenemos buenos resultados con esta codiciada especie, sin menospreciar a ninguna otra, todas las pescas son divertidas pero en este caso estamos hablando de el “Dorado”, nuestro pez emblemático por excelencia. Tanto la cantidad como la calidad de las capturas de este año, nada tuvieron  que envidiarle a las buenas pescas que se realizan en el Paraná medio. Muchos son los guías que orientaron sus salidas a tan solo media hora de navegación, desde Tigre; estamos hablando de la zona costera que se ubica frente a la ciudad de Buenos Aires, más precisamente entre el muelle de Anchorena en San Isidro hasta el puerto de Buenos Aires. 

Es conocido entre los pescadores urbanos que la salida del agua caliente de la usina de Puerto Nuevo es un excelente pesquero de dorados y chafalotes, incluso, el rompeolas que protege el puerto, es excelente para pescar bogas. Otros guías, pensando en un paisaje natural, por ende más agradable a la vista, optaron por movilizarse un poco más lejos. Éste es el caso Hernán, quien no duda en navegar hasta dar con ellos con los dorados, alejándose un poco del paisaje urbano. La zona elegida fueron los bancos de arena en los alrededores de la isla Martín García.                                       

La técnica es por demás sencilla: la embarcación queda al garete o la deriva, empujada por la corriente del río. Podemos pescarlos con boya, para mantener la carnada a media agua, o colocando un plomo pasante de 20 gramos, para que descienda un poco y vamos arrastrando (gareteando) la carnada por el fondo. En este sistema, el guía es fundamental, ya que sabe los lugares por donde pasar y evitar enganches.

Empleamos como cebo, anguilas, morenas y mamachas, encarnadas en un robusto y afilado anzuelo garra de águila, y es imprescindible colocar un leader de acero de unos 20 cm. ya que sabemos que cuando se pesca con carnada, muchas veces en el salto, el dorado desplaza la morena, aparece otro queriendo tomar ese resto de carnada y puede cortar el nailon o multifilamento.                                                   

El Río de la Plata es extremadamente grande y con forma de una gran palangana, donde se alternan lugares bajos con otros muy profundos. Hay que ser conocedor para ubicar la franja de alimentación de las especies depredadoras.                                       

La zona elegida no fue casual, ya que se alternan bancos de escasos 80 centímetros con pozones de 4 o 5 metros, en esos desniveles (veriles) es donde acechan los dorados. 

El equipo sugerido debe ser contundente, teniendo en cuenta que estaremos pescando a no menos de 80 a 90 metros del bote. Por más que empleemos multifilamento, a esa distancia es difícil hincar un anzuelo en la dura boca del dorado. En mi caso utilicé una caña 12/25 lbs. reel rotativo curado 300, multifilamento 0.60/ anzuelos 9/0. 

El pique en esta modalidad se percibe en pequeñas llevadas de uno o dos metros para después dejar, esto se produce unas cuantas veces hasta que el dorado más confiado inicia una larga corrida, en ese momento trabamos el reel, tensamos y cuando percibimos que la línea esta firme, clavamos sólidamente. Es recomendable, volver a recoger sin aflojar y volvemos a cañar varias veces.

Si la maniobra fue acertada, a lo lejos, veremos la hermosa figura del dorado en el aire. Si por el contrario sentimos que se fue es recomendable dejar el engaño sin recuperarlo y esperar unos minutos, en muchas ocasiones, si la carnada aún permanece en el anzuelo el dorado vuelve a atacarla.                                                              

Con la misma técnica también capturamos patíes de muy buen tamaño. En el lapso de 15 días realizamos dos salidas con Hernán y en ambas el resultado fue óptimo, aunque las condiciones fueron muy diferentes.

La primera fue a principios de Abril, nos tocó un hermoso día, pero, con viento moderado del sud este, lo que produjo una doble creciente: el río no paraba de subir y en esas condiciones pescar en los bancos es una pérdida de tiempo, por ese motivo nos resguardamos en un arroyo, y lanzando hacia los juncos capturando un cachorro de surubí y un par de dorados chicos.

Pasaban las horas, el río seguía creciendo, a eso de las 15 hs. el viento aflojó un poco, el río paró de subir y lentamente comenzó a salir el agua.

Apenas Hernán notó este cambio, pronunció la frase que estábamos esperando: “levanten las líneas que ahora sí vamos a pescar de verdad”.

Salimos a río abierto y pusimos proa a Martín García. Ni bien cayeron las líneas al agua empezamos a tener toques y llevadas, cada pique no sabíamos si eran dorados o paties ambos tomaban tanto en los bancos como en los pozones.

A las 17:30 y aun con mucha actividad de dorados, levantamos las cañas porque se había agotado la carnada.                                                                                                                 

Gracias a que el río aún continuaba alto volvimos por afuera disfrutando del hermoso paisaje de la ciudad desde el agua. En menos de una hora estábamos en la guardería, y a 45 minutos del centro de la gran ciudad, luego de haber pescado no menos de 6 dorados de medida, más varios patíes por pescador.                                                                                

Segunda vuelta

En la segunda salida las condiciones fueron realmente excepcionales: viento leve del norte, repetimos el mismo lugar que tan buenos resultados nos había dado, a pesar del poco tiempo disponible. En esta ocasión la pesca superó con creces a la salida anterior, fuimos cuatro los  pescadores y en varias ocasiones todos estábamos con firmes e interminables corridas , varios dobletes y tripletes completaron una jornada para el recuerdo.

Nuestro Río de la Plata es un verdadero tesoro para el que tiene la sensibilidad de entenderlo y la sabiduría de saber observarlo, no es fácil encontrar un lugar a dos horas del centro de CABA donde podamos pescar dorados, patíes, bogas en verano, bagres de mar y tarariras en primavera, y ahora estamos frente a las puertas del plato fuerte para los porteños: el pejerrey del Río de la Plata, a mí entender, el mejor lugar donde pescar pejerreyes con líneas de flote.

Guía de pesca: Hernán Hiralde, salidas diarias según las condiciones del clima. Lanchas amplias y seguras, atención personalizada.

Cel. 01130267465  

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