El Instituto Nacional del Agua prevé “condiciones deficitarias de precipitación” y que no se debe esperar una recuperación sensible del Paraná en mayo, junio y julio.
Luego de un leve repunte a fines de abril, el Paraná volvió a descender para dejar una marca histórica en el puerto local de Santa Fe de 0,80 metros. La bajante más importante de los últimos 50 años no da tregua y los pronósticos siguen sin ser alentadores a partir de una tendencia climática que sigue siendo desfavorable.
Un nuevo informe del Instituto Nacional del Agua (INA) sobre posibles escenarios hidrológicos en la cuenca del plata durante el período mayo, junio y julio advierte que en “el norte del litoral argentino y en el sur de Brasil se espera un trimestre con condiciones deficitarias de precipitación, al igual que en las cuencas del río Paraguay y Bermejo; en tanto, se prevén lluvias normales para en la cuenca del río Uruguay”.
La falta de lluvias en la región anticipan que en los próximos meses “predominarán condiciones de marcada escasez y aguas bajas. Los caudales de los grandes ríos de la cuenca se mantendrían en valores bajos y cerca de los mínimos registrados en los últimos 40 años”.
El documento publicado advierte que en el mes de “abril el patrón de lluvias en la cuenca alta del río Paraná se mantuvo por debajo de lo normal” y que los resultados del los “Centros Mundiales de Pronóstico Climático prevén Condiciones Deficitarias en los próximos 3 meses” para toda la zona, incluida el litoral argentino.
De esta forma, vaticinan que “los niveles en el río Paraná en territorio argentino, incluyendo el Delta, se mantendrán oscilando en la franja de aguas bajas en las próximas semanas, en los niveles mínimos de los últimos 50 años, con una especial atención a los efectos de posibles repuntes significativos de corto plazo, especialmente desde el río Iguazú”.
La marcada situación de estiaje en los cursos que aportan al río Paraná no van a permitir aliviar la tendencia descendente debida a la disminución de caudal desde las altas cuencas. “La tendencia climática regional indica que no se debe esperar una recuperación sensible en el trimestre de interés”, detalla el informe.
Desde abril que los niveles oscilan en el piso de valores mínimos. En Santa Fe por ejemplo, el descenso fue persistente hasta el 24 de abril. Una leve recuperación lo llevó el 1 de mayo a la marca de 0,98 centímetros. Sin embargo, nueve días despúes el río descendería a los 0,80 metros (misma medición que este martes al mediodía).
Graves consecuencias económicas
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, “la bajante más severa del Río Paraná en los últimos 50 años representa un costo de US$ 244 millones para el complejo agroindustrial exportador de la República Argentina”.
Cabe recordar que el gran Rosario concentra el 80% de la capacidad teórica diaria de procesamiento de soja y girasol que tiene Argentina. Además, desde estas terminales portuarias se despacharon en el año 2019 el 67% de los granos, el 96% de las harinas y el 93% de los aceites vegetales que exportó el país en el período.