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MARAVILLAS DEL ALTO PARANÁ

El norte correntino, y el tramo denominado Alto Paraná, en el verano nos ofrece una pesca de lujo, con playas imponentes, y la posibilidad de pescar en las horas alejadas del calor intenso. Yahapé, es una opción que recomendamos.

Por Ariel Robledo

Muchas veces la pesca en al Alto Paraná, está relacionada a los meses de invierno, y muchos la descartan en verano por los intensos calores que se registran en la región. Lo cierto es que en la temporada estival, este tramo del gran río, no solo nos ofrece una pesca calificada, sino que también complejos como Puerto Paraíso Yahapé, nos propone pescar en la madrugada, descansar al mediodía, dormir una siesta con aire acondicionado y salir a pescar nuevamente cuando ya el sol baja su intensidad y hasta la noche.

Esta modificación en la jornada de pesca, no solo nos ofrece la posibilidad de estar cómodos, sino también la gran chance de pescar con carnada lindos surubíes, dorados, manguruyúes, bogas y pacúes… una serie de peces altamente calificados que valen la pena disfrutar, y en tamaños que no son fáciles de encontrar en otros pesqueros.

Con la invitación de Juan Teitelmann, llegamos a Yahapé con la idea de pescar surubíes y manguruyúes, sabiendo que estamos en una época ideal, especialmente para la utilización de carnada natural.

Me acompañaron en la aventura Mario D´Andrea y Ricardo Diez, y los días de la visita teníamos un río estable, con buenas condiciones climáticas.

Nos alojamos en el cómodo complejo, que está siendo refaccionado, optimizando servicios y calidad de infraestructura. Las comidas que se ofrecen son de una exquisitez impensada, y en la excursión se incluyen pensión completa, con lanchas, guías y todo lo que el pescador necesita para pasarla realmente bien. Solo se debe pensar en pescar, de todo lo demás se encarga Puerto Paraíso. 

Surubíes

El dato de pesca era muy bueno y cercano, a escasos minutos de navegación, en la zona de las “bombas”, se estaban pescando surubíes pintados y atigrados con carnada. Sin demasiado debate, pusimos proa hacia ese punto que se caracteriza por tener lecho de piedras y pozones, en donde estaban los surus. La sugerencia del guía era pescar con nailon de 0,45 a 0,50 mm, tratando de soportar mejor el roce contra las piedras, en caso de tener pique o bien algún enganche. Si utilizamos multifilamento, debemos tener la precaución de colocarle en los últimos metros algún nailon o fluocarbono de esa medida que amortigüe el roce contra los pedregales. Otro de los puntos clave, es el peso de la plomada que vamos a utilizar: si usamos un plomo muy pesado, el aparejo se irá trabando del fondo, en cambio, si usamos uno muy liviano, jamás llegaremos a las profundidades, es decir a la zona de piques… Lo que tuvimos que hacer fue probar con distintos lastres hasta dar con el adecuado.

Una vez ajustados los equipos, iniciamos los intentos, a la deriva o garete, pasando por distintos sectores del río. Muy cerca nuestro pudimos ver que otras lanchas tuvieron capturas, pero a nosotros todavía se nos negaban. Un par de piques que no concretamos nos dejaron un sabor amargo durante el día… pero el Alto Paraná es así, jamás debemos resignarnos, porque en cuestión de segundos puede cambiar totalmente la suerte.

En un momento, cuando ya la tarde se despedía, nuestro guía, sugirió buscar los surubíes en las zonas más playas, ya que seguramente, los cachorros saldrían de las zonas profundas para buscar alimentos en los veriles y bancos de arena, en donde se veía actividad de sábalos.

La decisión, tuvo su recompensa, ya que en una de las caídas, Ricardo, siente un golpe brusco en su caña, y luego vemos cómo lateralmente su línea comienza a moverse. Dejó correr un poco de nailon y, cuando intuyó el momento, produjo la clavada un par de veces. La caña se inclinó hacia el río, y la disparada franca hizo chillar su reel. ¡Cachorro! Y las primeras luces artificiales de Yahapé que se encendían en el fondo. Tras una linda pelea, pudo izar a la lancha un hermoso atigrado, de esos que la naturaleza a decorado con manchas y pintas maravillosas. Fotos y la devolución, para cerrar la tarde con las esperanzas y el ánimo bien arriba.

La deliciosa cena, nos permitió compartir las experiencias del día, y programar lo que sería la segunda jornada.

Nuevo día de alegrías

Esta vez, se sumaría a la jornada de pesca, otra lancha de Puerto Paraíso pero con Juan y su familia. La verdad fue un lindo privilegio el que tuvimos de poder compartir la excursión con ellos.

Iniciamos las pruebas en los mismos lugares que el día anterior y, en un instante, vemos la lancha de Juan, con Felipe (su hijo) en la proa, peleando con un surubí. Inmediatamente dejamos de pescar para acompañar la situación y registrar con nuestras cámaras la pelea. El pequeño tratando de imponer toda su fuerza y, el pez, haciendo lo suyo. Una batalla épica que consumió varios minutos y lo dejó a Felipe con el brazo casi acalambrado. Una vez  ganada la batalla, nos dirigimos hacia un banco de arena para registrar en fotos la linda captura, y la debida devolución. Era el primer surubí de Felipe y, seguramente, por la emoción que transmitía, será el primero de muchos que va a pescar en la zona.

Ya repuestos de las emociones, volvimos al ruedo, pero esta vez el guía nos sugiere probar en la misma zona, haciendo trolling. Fue así que cambiamos los equipos, colocando los tradicionales y siempre efectivos señuelos Cucú, empezamos a pasar por las piedras.

En uno de los cruces, siento un golpe en la caña y la misma queda inmóvil. Clavo un par de veces y, en el extremo, algo pesado que opone resistencia. Empezamos la pelea con un contrincante que no tenía claro de qué se trataba. Algunos minutos de incertidumbre, hasta que cerca de la lancha podemos descubrir la figura de un hermoso manguruyú, que había tomado el señuelo de una manera bien franca. ¡Manguruyú, con señuelo de boca!

Estas son las sorpresas que tiene el Alto Paraná, y que cuando programamos algún viaje siempre están latentes de vivir. Subimos el pez a la lancha, y registramos la captura en fotos, para despedirnos de este pesquero correntino.

Este tramo del río, tiene el don de poner a prueba nuestra paciencia al máximo, pero sabemos que si hacemos las cosas bien, vamos a tener nuestro merecido trofeo.

Recuerde, el verano es una época excepcional para pescar en el Alto Paraná, los grandes peces lo esperan y, en Puerto Paraíso Yahapé, usted va a encontrar todo lo necesario para que su experiencia sea inolvidable. 

Cabañas Puerto Paraíso Yahapé (Corrientes): Servicio de pesca con desayuno, almuerzo, cena, bebidas, guía, lancha y combustible, todas las modalidades de pesca, alquiler de equipos, atención personalizada y los mejores guías de la región.

Tel. +54 9 11 3037-0941juanmteitelman@hotmail.com.ar

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