Reunión de amigos en el alto Paraná, la excusa era pescar, el objetivo desconectarnos de todo, y vivir la experiencia de conocer este destino lleno de intrigas y dar con grandes trofeos.
Por Ricardo Di Cicco
Dentro de los destinos más importantes que tiene nuestro litoral, Paso de la Patria, ocupa uno de los íconos más deseados por todo pescador. Apenas promocionamos la visita a este destino, un grupo de amigos fanáticos de la pesca no dudaron en decir “vamos”, sabiendo que el lugar y la posada elegida, son sinónimos de atención personalizada, excelente gastronomía, confort en las habitaciones, un buen servicio de lanchas y guías conocedores de los ambientes.
Partimos el día viernes por la mañana desde Santa Fe con amigos de Córdoba que nos acompañaban. Comenzamos el derrotero vehicular entre charlas de pescas anteriores, equipos y la incógnita de saber cómo sería la experiencia. Llegamos a Corrientes, donde teníamos una parada obligada, ya que pasamos a saludar a la familia Valloud de Señuelos Cucú.
Con una amplia artillería de artificiales de profundidad y media agua, continuamos hasta llegar al Paso. Al arribar a las cabañas, siempre la amabilidad y la atención de la familia Lafuente, nos recibió y nos distribuimos en las habitaciones asignadas.
Inmediatamente nos pusimos a organizar los equipos, detalle no menor, porque detectamos una puntera rota, líderes largos que faltaban, algo de multifilamento, etc. Destaco esto porque fue fundamental revisar todos los equipos para dejarlos listos para el día siguiente. Estábamos en horario, lo que nos permitió llegar hasta una casa de pesca abierta, solucionar todo y estar el día sábado con los equipos en perfecto estado.
Don Julián te brinda todo el confort de sus habitaciones con un detalle hermoso: un hogar a leña, un fuego encendido, un fogón que cambia el clima, además no hay televisión con el propósito de generar esa desconexión tan necesaria y que de verdad se logra. Cena como en casa, comida casera, desayuno americano para cargar las energías y comenzar la jornada.
Todos los guías son profesionales y afamados conocedores de este río, partieron sobre un sector del Paraná donde estaba presente un cardumen de sábalos como hace muchísimo tiempo no se veía.
La primera jornada no fue del todo positiva, algunos dorados chicos con carnada, y ningún surubí, muchas horas de pasadas de trolling, insistimos, había que seguir pasando señuelos, “rascar” como se dice habitualmente. El clima del grupo era sumamente positivo y después de una rica cena nos reunimos a compartir ideas y, champagne de por medio, resumimos errores y aciertos de la jornada, para que al día siguiente pudiéramos modificar o aplicar nuevas técnicas. Risas, música, sin televisión, sin teléfonos, hacía que este momento sea muy valorado.
El domingo era el día para cambiar la suerte. Arrancamos temprano y fuimos al cardumen. Esta vez anclamos y, con una técnica que utiliza el guía, Alejandro, se divirtió muchísimo pinchando sábalos. Fue una mañana fantástica que se coronó con un lindo surubí, otra embarcación con otro surubí de 20kg y otras embarcaciones con varios dorados de muy buenos portes.
En la cena el balance sumamente positivo, desde la desconexión, la pesca siempre tiene esa variante de suerte, condición climática, condición de altura del río, etc. Lo que no puede fallar es el servicio en tierra, y en Don Julián eso está garantizado.
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