Luis Frixione – luisfrixione1922@yahoo.com.ar
Como ya hemos visto en el artículo editado en junio de este año (páginas 38 a 42), es evidente que una adecuada limpieza de un cañón estriado debe realizarse con acciones combinadas de tipo mecánico (baqueteado, cepillado, frotado) y químico (utilización de solventes, desencobrantes, removedores, aceites protectores, etc.).
ACCIÓN MECÁNICA
Pero más allá de cualquier elemento químico que se use (y por excelente que éste sea), la limpieza profunda de un cañón se basa en la acción mecánica… como decían los viejos tiradores: “no hay como la grasa del codo”, haciendo alusión al movimiento de vaivén que se realiza con el brazo al baquetear. Para este trabajo es imprescindible contare con las siguientes herramientas para la remoción física de los residuos del disparo: baqueta, cepillos, pasatrapo, entorche y parches.
La baqueta, que no es otra cosa que una varilla de diámetro adecuado al calibre del arma a limpiar. Puede ser enteriza (sobre todo las caseras) o de tramos enroscables. Sobre esta herramienta, creo que se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- el material (aluminio, bronce, plástico, etc.): creo que son desaconsejables las de acero porque podrían desgastar innecesariamente el cañón en el punto donde friccione o toque (sobre todo desde donde se coloca la baqueta). Personalmente opto por materiales blandos (aluminio, plástico) porque, como es obvio, es preferible que se gaste la baqueta antes que el cañón.
- desde donde colocar la baqueta (foto 1). Para evitar lo indicado en el punto anterior, siempre que se pueda (rifles a cerrojo o con mecanismo desarmable), es mejor baquetear desde la recámara. Y sólo hacerlo desde la boca del cañón en los casos donde es inevitable (rifles palanqueros o a trombón). He visto viejos Mauser del ejército que parecían trompetas gracias al acceso desde la boca con las baquetas de acero.
- tipo de mango (foto 2): para la limpieza en profundidad de los cañones rayados, indiscutiblemente son muy superiores las baquetas que tienen el mango giratorio porque el cepillo “va copiando” el giro de las estrías, lo que nos asegura la remoción de residuos en el fondo de las surcos.
Salvo raras excepciones, casi todas las baquetas se complementan con elementos que se enroscan en el extremo y cumplen diferentes funciones. A continuación enumeraremos los más importantes:
- cepillos (de acero, bronce o cerda extra-dura) que se usan para despegar los residuos adheridos en las diferentes caras de las estrías (foto 3). Como es obvio, cada cepillo es útil sólo para el calibre para el que fue fabricado, y no puede ser utilizado para otro más fino o más grueso (foto 4)
- topes (también llamados “pasatrapos”), los hay con distintas formas y se utilizan para colocar un pedacito de lienzo y pasarlo a lo largo del interior del cañón para levantar los residuos removidos por el cepillo, así como para secar los solventes, desencobrantes, aceites, etc. (foto 3)
- estopas (también llamados pompones o entorches), generalmente de lana o fibras sintéticas. Se usan para colocar los productos químicos cuando no se los tiene en aerosol, también para secar o quitar el exceso de aceite que se pone al final de la limpieza y antes de guardar el arma. En el caso que se empleen para colocar diferentes aditivos, se utilizarán distintas estopas para no mezclar los químicos, cosa innecesaria si se utilizan los productos en aerosol porque basta con pulverizar desde la boca y la recámara. (foto 3)
- parches, llamados así porque los norteamericanos lo designan como “patchs”, pero no son otra cosa que trozos de tela de algodón, lienzo de lino o pedazos de fricelina (personalmente prefiero el algodón de sábanas o prendas viejas). Son el complemento de los “pasatrapos” y se usan para levantar los residuos removidos por el cepillo, también se pueden usar para colocar y secar los removedores o quitar el exceso de aceite.
En los últimos años ha aparecido una nueva herramienta que pretende destronar a la baqueta, la llamada “la víbora”. Este relativamente novedoso elemento de limpieza consiste en una soga gruesa de la medida interior del cañón, que tiene incorporado uno o dos cepillos de metal en su parte media (foto 5); y en uno de sus extremos tienen cosida una cuerda más fina con un peso en la punta para poder enhebrarla y luego pasarla por el interior del cañón tirando de ella (foto 6). Como es obvio, se fabrica específicamente para cada calibre y no puede ser utilizada en otro de mayor o menor diámetro. Se usa pasando la cuerda fina por el interior del cañón y luego se tira de ella para que el cepillo y la soga arrastren los residuos. Debo decir que es una buena idea, pero no confío en la profundidad de su limpieza… es decir, creo que es útil para un barrido rápido luego del uso del arma y antes de volver a casa, pero estoy seguro que no reemplaza a la vieja baqueta giratoria.
ACCIÓN QUÍMICA
Pasemos ahora a los elementos de acción química en la limpieza (foto 7), que tienen como función ayudar y facilitar al baqueteado. Tal como dijimos en el primer artículo, el disparo genera residuos de todo tipo (sales, carbones, ácidos, restos del proyectil, condensación de agua, etc.) que son nocivos, tanto para la precisión como para la vida útil del cañón.
Hay productos que tienen como finalidad aflojar los depósitos de carbón en el fondo de las estrías, remover los restos de cobre o plomo, levantar el óxido, disolver químicos agresivos, proteger contra la humedad, etc… inclusive hay algunos que cumplen todas esas funciones a la vez. Aquí la lista sería más larga pero la sintetizaremos en los grupos básicos:
- Removedores (desencobrantes, desemplomantes, etc.) Todos estos elementos son muy útiles y de uso muy recomendable, siempre y cuando hayan sido especialmente concebidos para armas y siguiendo las instrucciones del fabricante (foto 8). Tenga mucho cuidado con usar removedores genéricos, productos químicos industriales o seguir consejos de fulanos arriesgados, porque hay algunos químicos que “comen” demasiado que exigen saber muy bien cómo y cuándo usarlos. Ojo con querer ahorrar unos pesos en un producto desconocido o dudoso que puede acarrear problemas… conozco cazadores que chorrearon involuntariamente el exterior del cañón y generaron lamentables manchas en el pavonado. Me permito repetirle el consejo: use sólo productos químicos pensados y diseñados especialmente para armas.
- Aceites protectores, aunque se podría decir que cualquier aceite de origen mineral sirve para el acabado final (en lo posible que sea liviano, fino, de baja viscosidad), para lograr una delgada capa protectora contra la humedad. Pero siguiendo con el consejo dado más arriba, tampoco vale la pena ahorrar en esto: mejor compre un buen aceite preservador de armas porque el fusil vale mucho más… además, se usa poco, por lo que duran mucho. Créame, no tiene sentido comprar aceites pedorros.
- Limpiadores para armas “TODO EN UNO”: se trata de aceites que contienen removedores, aditivos anticorrosivos, polímeros protectores, etc. Lo más importante es que fueron diseñados por especialistas específicamente para la limpieza y el mantenimiento de armas, lo que los convierte en absolutamente confiables. Contienen todo para remover, limpiar y proteger el arma hasta su próximo uso. Si bien es cierto que valen unas monedas más, son sumamente eficientes, seguros y tremendamente útiles para asegurar nuestros rifles… recuerde que, además de ser útiles para cazar, las armas son una inversión. Otra vez, tenga mucho cuidado con los aerosoles de tipo genérico que son muy buenos para aflojar tornillos pero no fueron pensados para proteger el pavonado de un arma… conozco más de uno que arruinó su rifle con esas porquerías.
- Grasas, parafina, vaselina: hace años se utilizaban para colocar en el exterior del arma con el objetivo protegerla de la humedad cuando se las debía guardar por largos períodos de tiempo. Hoy son innecesarios si se cuenta con los aceites modernos específicamente fabricados para armas.
UNA VEZ MÁS…
A riesgo de ser “plomo”, reiteramos lo dicho en los dos subtítulos en que se divide este artículo:
- no le mezquine “grasa de codo” a la baqueta, es un buen ejercicio y su rifle se lo agradecerá
- elija productos químicos especialmente indicados para armas y comprados en armerías… los de la ferretería, déjelos para las bisagras, tuercas y tornillos