BARRANCAS DORADAS

Generalmente cuando hacemos notas de pesca en La Paz, viajamos hacia el norte en busca de piques, esta vez, la elección del guía estuvo puesta en los pesqueros del sur, zona de barrancas y de aguas rápidas.

Por Ariel Robledo

Cuando uno hace una encuesta a través de las redes sociales, para saber las preferencias de los pescadores deportivos, nos encontramos con que un gran número sigue eligiendo a la carnada como primera opción, y después le siguen la pesca con señuelos y el fly cast. Si uno analiza este panorama, podemos concluir que la pesca con artificiales en el futuro va a ser la que más va a crecer, pero, actualmente, quienes pescan con cebos naturales llevan la delantera.

Marcelo Naumoff, es guía de pesca desde hace muchos años, y el estilo de pesca que más lo seduce es la carnada, ya sea a la deriva o también anclados. Indudablemente que su mayor público son los seguidores de estos estilos, y con el objetivo puesto en la pesca de dorados con carnada, llegamos hasta La Paz, para mostrar sus servicios y, a la vez, relevar los pesqueros.

Llegamos por la noche a La Paz, y nos recibió en sus cómodas cabañas, totalmente equipadas, con un asado exquisito para planificar la salida de la siguiente jornada. Compartimos la cena junto a su socio, Randy Chávez. Mientras conversábamos sobre cómo sería la excursión,  también mirábamos el pronóstico del tiempo que nos anunciaba una jornada de clima excelente con buena temperatura, pero, ya al otro día, la cosa cambiaba radicalmente con la llegada del frío y la lluvia.

Marcelo, nos comentaba que cerca de La Paz, en la zona de barrancas que se ubican al sur, podíamos hacer la nota sin problemas, ya que los dorados estaban picando, y que si hacíamos bien las cosas, con una jornada nos iba a alcanzar. La cosa no estaba sencilla, pero con paciencia lograríamos el objetivo.

Mañana ideal

Con mate en mano, nos dirigimos hasta la bajada de lanchas en donde Marcelo y su guía Carlitos Gómez nos esperaban. El río estaba planchado, y la temperatura rondaría los 28 grados.  Mejor… imposible.

Navegamos en la excelente embarcación que posee Sueño Dorado, amplia, segura y con todo el equipamiento. Tras unos 10 minutos, paramos en el primer sitio, que se caracterizaba por tener una columna de barrancas, en donde el agua pegaba con fuerza, pero, a la vez, se veían remansos que nos indicaban que hacia el medio del río también había piedras.

Marcelo nos explicó que teníamos  que hacer los lances hacia el medio, tratando que la carnada pasara por sobre las piedras que en la superficie se marcaban. La técnica requería un lance largo y, después, ir moviendo la punta de la caña para que la carnada rozara los pedregales. Una vez que llegaba el aparejo cerca de la costa, teníamos que repetir el ensayo.

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