Pensando en los jóvenes o principiantes, seguiré desarrollando este bosquejo, a grandes rasgos, que intenta definir lo que es el SER CAZADOR.
Texto: Néstor Baldacci – Fotografías: Damián Gallo
Antes de seguir con la temática propuesta, debo decir que, muy a mi pesar, ya hemos llegado al mes de agosto y la FE e insistencia puestas, junto a las esperanzas, de que tengamos, aunque sea una muy corta temporada de caza menor en este “inolvidable” año 2020, no han dado sus frutos.
Las únicas provincias del país que supieron entender y empatizar con los cazadores, fueron Corrientes y La Pampa, habilitando la actividad de caza para los residentes de sus territorios, comprendiendo perfectamente que nuestro deporte no pone en riesgo la salud pública. Es una actividad predominantemente solitaria y al aire libre con escaso o nulo contacto con la población.
Otras provincias sin embargo, como Santa Fe o Buenos Aires autorizaron la Pesca Deportiva pero no la Caza Deportiva… y Santa Fe, incluso, autorizó las salidas sociales (con incontables concentraciones superiores a las 10 personas propuestas) pero a la Caza Deportiva no la autorizaron, porque supuestamente íbamos a hacer circular el virus COVID-19 por la provincia. Realmente genera mucha impotencia vivir estas medidas injustas y contradictorias, pero bueno, se nos pasó la temporada y solo resta mirar hacia adelante.
Por lo pronto, aprovechemos para seguir charlando y compartiendo esta pasión, con la esperanza de hacer aportes significativos para aquellos que quieren iniciarse o ya se animaron a dar sus primeros pasos.
En la edición de junio traté de conceptualizar básicamente sobre la Caza en sí misma y algunas condiciones o particularidades que hacen, mejor dicho, forman, a aquel ser humano que siente, vive y disfruta extremadamente la caza de animales salvajes, con dos objetivos predominantes: el primero (a mi entender, el más importante), proveerse de una carne de exquisito sabor y condiciones nutricionales muy superiores a la de los animales domésticos; y el segundo, obtener un trofeo que le recordará toda su vida el momento mágico e irrepetible en que lo obtuvo y, por qué no, competir con otros camaradas en cuanto a su calidad.
Retomando un poco el primer objetivo, insisto, en mi opinión el que debería ser más importante, la posibilidad única que da la caza de acceder a un producto alimenticio de altísima calidad y mucho más sano que cualquier carne de granja disponible en los supermercados. Como muestra, agrego este pequeño cuadro comparativo que ha desarrollado la firma americana de armas y municiones Remington. Si bien está en inglés y la comparación se efectúa sobre las piezas de caza típicas del país del norte, es bastante claro y adaptable a nuestra realidad.
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