Para todos los pescadores deportivos la búsqueda de los grandes trofeos, sin lugar a dudas, es una de las motivaciones que los empuja a viajar a diferentes pesqueros de nuestro país en busca de esos récords.
Por Mario D´Andrea
En el norte de nuestro litoral quizás los peces que más califican por su calidad de trofeos son el surubí, el dorado, el manguruyú y el pacú. Cada uno con sus características particulares, ya sea por la dificultad o la técnica para pescarlos, los portes que alcanzan, o bien, por la fortaleza que presentan al momento de tenerlos en la punta de la caña.
En esta oportunidad, como ya se deben haber imaginado, el pez emblemático es el llamado “Toro de los Ríos”, el surubí, que para los aficionados representa ese sueño que muchas veces se nos va negando.
Por suerte, en el Litoral y la Mesopotamia, tenemos muchas alternativas para dar con estos grandes peces y en la Cuenca del Plata es donde tal vez más chances hay, tanto en el río Paraná como en el Uruguay. Estos dos cursos saben albergar algunos de los ejemplares más grandes de esta especie. También el Pilcomayo y el Bermejo, son dos cursos que siempre prometen estos grandes surubíes, pero cuando de accesos hablamos, ya la cosa se complica, y es por ello que la mayor afluencia de pescadores elige el río Paraná o el Uruguay.
La invitación En los primeros días de noviembre recibí la llamada de un amigo y guía, el Rafa Geier, propietario del emprendimiento Puerto Yeruá Pesca, que opera desde la represa de Salto Grande, aguas abajo, y como es habitual nos mantiene informado del comportamiento del río en ese sector.
En esta oportunidad me puso en alerta ya que, debido al repunte del río, y en la fecha que estábamos, se tenía que empezar a mover el surubí. Sucede que en esta zona, cuando el río pega un repunte, los grandes cardúmenes se desplazan aguas arriba en busca de alimento.
Es sabido que esta especie tiene mayor actividad cazadora en los meses más cálidos y, tal vez, ustedes se estarán preguntando ¿por qué en invierno también se los pesca?, sobre todo en Alto Paraná. Esta situación se da debido a que en los meses más fríos se estacionan en grandes pozos, ya que es sabido que a mayor columna de agua, más estable es la temperatura y, es por este motivo que los encontramos en esas profundidades. A medida que la primavera va dando paso al verano, esta temperatura los activa para salir en busca de alimento.
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