Nos dirigimos a Itatí, a la Posada Puerto Paraíso con la intención de ver cómo se presentaba el río para esta temporada… y como siempre no nos defraudó.
Por Mario D´Andrea – Fotografías de Jorge Alberto Escobar
Después de casi 8 horas de viaje llegamos a las cabañas y, como nos tienen acostumbrados, ya estaba todo listo para que, después de un breve descanso, saliéramos a pescar desde las primeras horas para evitar el sol más fuerte del mediodía.
Es una constante que cada vez que estamos pescando en el Alto Paraná esperemos tener la posibilidad de una gran captura, pero en lo personal, creo que muchas veces también un gran trofeo no solo pasa por el tamaño del pez, sino por la forma en que lo buscamos y hasta en los equipos que utilizamos. A veces, un pequeño pez, nos da grandes experiencias…
Las ilusiones estaban intactas ya que en los dos últimos meses del año pudimos ver cómo la cuenca había tomado una altura de sus cauces bastante importante y, con ello, a lo largo de casi todo el Paraná, se podía ver una gran cantidad de alevinos de especies forrajeras, como así también de otras especies. Lo que pudimos ver fue que después de un largo período de bajante, con solo un par de meses de agua con valores promedio, se evidenció una leve recuperación.
Ya en el embarcadero de las cabañas, mientras cargábamos los equipos, era increíble ver la actividad de mojarras, boguitas y sabalitos.
Sin perder tiempo cargamos todo y salimos en busca de uno de los puntos más caliente de la zona: el destino era Puerto Corazón. Este lugar en los últimos años se fue transformando por sus características en una de las mejores zonas para encontrar los grandes del río como dorados, surubíes y manguruyúes; y para aquellos que buscan las bogas también pueden tener sorpresa con algún pacú, por eso podemos decir que tiene una carta con un menú completo para los amantes de la pesca.
Nuestro guía Justo, nos aconsejó arrancar con artificiales en busca de tentar algún dorado o surubí, pero después de una media docena de pasadas sin tener resultados y ver cómo otras embarcaciones no tenían repuesta optamos por tomar un descanso del sol y probar con las bogas.
Por lo general, cuando intentamos encontrar estas especies, buscamos en correderas con zonas de piedras ya que es el lugar donde muchas veces se congregan. Pero en esta oportunidad, nuestro guía, optó por buscar en medio del canal, donde el agua corría con fuerza y con fondo de arena. Para eso usé la caña Okuma Tactical de 8-17lbs. que es una de las varas que más me gusta para este tipo de pesca porque posee la puntera UFR que funciona con una mayor sensibilidad de la puntera y un bat fuerte para afrontar peces potentes.
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