A veces las salidas de pesca que surgen sin tanta programación, terminan siendo las más sorprendentes, y esto es lo que nos sucedió en nuestra última vista de Santa Elena.
Debido a una serie de postergaciones de viajes y a lo inestable que está el pique en muchos pesqueros del litoral, algunas notas que teníamos programadas, fueron suspendidas. Con el objetivo de encontrar un sitio con mejores condiciones, me comuniqué con varios guías, hasta que desde Santa Elena, Juan Carmelé, me dio la respuesta que esperaba. “¡Venite que hay muchos dorados, y el agua está ideal para pescarlos con señuelos!”. Sinceramente esta respuesta me ilusionó muchísimo y, junto a Martín Rodríguez, iniciamos el derrotero hasta llegar a la bella ciudad de Santa Elena, que durante los días de nuestra visita estaba viviendo a full los últimos días de los carnavales, un evento que concentra el color, la belleza y el ritmo en el corsódromo santaelenense.
Al arribar, nos encontramos con Carina Sphan, Directora de Turismo, quien rápidamente nos había coordinado todo para que nuestra fugaz visita tuviera las mejores atenciones. Nos alojamos, y para la cena nos reunimos con Juan, quien nos contaba de sus últimas excursiones de pesca y de los buenos resultados que se lograban especialmente con señuelos.
“Es muy raro que en esta época del año tengamos en este tramo del río Paraná, aguas tan claras…” nos comentaba el baquiano. “También se ve mucha carnada sobre la costa y, sumado a las altas temperaturas, seguramente provoca que los tigres del río estén muy activos…” seguía Juan.
Un punto que tuvimos en cuenta era justamente el calor que reinaba en toda la región, por lo cual programamos salir muy temprano en la mañana siguiente, para aprovechar el fresco y también la tranquilidad en el agua, un factor que es vital cuando realizamos los intentos con artificiales.
Tras una larga sobremesa, nos fuimos a descansar y, casi sin darnos cuenta, el despertador activó las alarmas para alistar el mate y salir hacia la costa al encuentro con Juan.
Por un problema técnico en su embarcación, Juan recurrió a la ayuda de la gente de Puerto Buey, quienes gentilmente le cedieron una de sus lanchas para que podamos realizar el relevamiento. Esto habla a las claras de la confraternidad y el apoyo mutuo que existe entre los operadores turísticos de Santa Elena, quienes diariamente trabajan para potenciar una región muy rica en atractivos y con enormes virtudes para descubrir.
Al que madruga…
Con la fresca brisa de la mañana, y unos mates bien entrerrianos, iniciamos la navegación hacia el norte de Santa Elena, buscando las piedras y las correderas que se forman sobre la costa. Son una decena de puntos bien definidos en donde el río choca contra la costa formando ambientes ideales para que los bravos dorados estén acechando.
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