Cuando visitamos Goya, antes de la Fiesta del Surubí, también aprovechamos que el río estaba alto y mostraba una buena presencia de dorados para pescar con mosca en la Reserva Isoró.
Por Mario D´Andrea – Fotografías de Jorge Alberto Escobar
Cada vez que me toca salir a realizar este tipo de notas me gusta contactarme con los guías para tener un panorama de cómo está el río y, específicamente, saber si tengo que contar con algún equipamiento que se ajuste a la pesca que vamos a realizar.
Los días previos a nuestro viaje intercambiamos varios mensajes con Javier Enrique quien nos iba a recibir en su Campamento La Amistad para hacer el relevamiento. Con Javier nunca sabes cuándo te habla en serio o te está tomando el pelo, lo único que me dijo fue: “Vení tranquilo amigo, el río está especial para los surubíes…”
La sorpresa fue cuando, minutos más tarde, vuelvo a recibir otro mensaje que me decía que “no me olvide de llevar la caña de mosca”. Como no me la aguanté, lo llamé y la respuesta fue sencilla y, sin muchos datos, al mejor estilo de Javier: “…por las dudas nada más, traéte el equipo de mosca…”. Conociéndolo sabía que tenía algo entre manos, así que, sin dudar, cargué a mis compañeras de aventuras: la Okuma SLV X #6 y #8 con líneas de flote y otra Sinking Tip de 250 greins.
El día sábado recorrimos la zona de pesca del surubí donde pudimos ver un par de lugares que desaguaban aguas negras. Eran sitios apropiados para probar con mosca, pero, en esa oportunidad, nuestro objetivo era el surubí.
Cuando volvimos al campamento y, entre tantos comentarios, le pregunté para qué nos había echo cargar el equipo de mosca, tanto a mí como a Jorge Cot, que nos estaba acompañando. Nuevamente la respuesta fue al estilo Javier: “…la nota de surubí ya está resuelta, mañana vamos un rato a probar algunos lugarcitos a ver qué pasa…”.
El desafío
Al día siguiente nos levantamos temprano. Armé los dos equipos para tener las chances de trabajar con línea de flote o hundimiento según los lugares, mientras Jorge, optó por armar un equipo #8 con línea de flote.
Ya con todo listo, cuando nos subimos a la lancha, Javier nos avisa que íbamos a la Reserva del Isoró. Para quienes aún no conocen esta zona, El Isoró, es un gran delta que se forma aguas abajo de Goya y llega hasta el río Corriente, formando un humedal con lagunas, arroyos de aguas claras y está declarada zona de reserva, donde solo se permite la pesca con artificiales y con devolución obligatoria.
Navegamos casi unos 30 minutos, internándonos en este maravilloso sistema hasta llegar a un lugar donde se formaba una especie de embudo que aceleraba el agua. Todo ese caudal reventaba contra una salida de laguna que estaba largando aguas negras. Sin hacer mucho ruido, Javier, nos dijo que probáramos una pasada tirando las moscas sobre la boca. Luego de estirar la línea, Jorge, pone la primera mosca en el agua y, en ese instante, vemos al dorado que sale disparado a buscar la mosca, pudiendo clavar el primer ejemplar en el tiro inicial.
Al ver eso me apuré para presentar la mosca donde un par de dorados se disputaron el engaño sin llegar a tomarlo firmemente. Mientras seguíamos derivando pudimos ver que la actividad estaba concentrada sobre la boca. Javier remontó para dejarnos de frente a la zona donde más actividad se veía.
Para dejar unos minutos que se tranquilice el lugar, opté por cambiar de mosca y, como casi todos los ataques fueron cuando apenas la mosca tocaba el agua, quería probar con un “ratón” que funciona totalmente en superficie.
La sorpresa fue que en el momento que lo puse en el agua para probar si flotaba bien, un dorado no aguantó la tentación y lo tomó sin dudar, algo realmente increíble porque parecía que ni el ruido de la lancha los había corrido.
Cuando se presentan este tipo de situaciones, muchas veces, a todos los pescadores nos pasa que la ansiedad nos hace cometer errores y, sin dudas, es la parte divertida que tiene esta actividad. A medida que pasaban los minutos podíamos ver con breves intervalos cómo salía la carnada de la boca y los dorados corriendo atrás de ella. Entre Jorge, Javier y yo, nos “peleábamos” para lanzar las moscas en el lugar de la cacería, pudiendo concretar unas cuantas capturas en superficie de dorados que rondaban los 2 a 3 kilos de peso.
Aunque podíamos ver entre las cacerías que algunos eran más grandes, no podíamos dar con ellos por la gran voracidad de estos “medianitos” que, cuando la mosca caía en el lugar indicado, la respuesta era inmediata.
Intenté varios lanzamientos buscando una variante para dar con alguno de estos grandes dorados con línea de hundimiento, pero solo tuve un par de ataques cuando la mosca tocaba el agua; una vez que ganaba profundidad no la tomaban, dejando en claro que el forraje estaba totalmente en la superficie y la atención de los dorados se dirigía ahí.
Después de unas cuantas capturas se fue calmando la actividad y, para decir verdad, ante tal situación, con tres locos arriba de la lancha gritando, demasiada diversión nos habían dado. Javier nos propuso ir en busca de otra zona y ver si teníamos suerte con una especie que suele encontrarse en estas aguas y nos preguntó si teníamos algo para buscar el pacú. Si bien la fecha no era óptima para esta especie en esa zona, debido a que el río estaba alto, los lugares estaban buenos, al menos haríamos unos intentos.
Recorrimos un par de arroyos con aguas claras donde las márgenes estaban cargadas con árboles de ingá. Sitios claves para encontrar esta especie, pero esta vez no tuvimos respuestas, por lo que después de un par de horas decidimos volver a la zona donde estaban los dorados para cerrar con unas capturas la media jornada y regresar para almorzar en el campamento.
Puedo decir que este viaje fue un micro relevamiento porque Javier tenía muy claro dónde, cuándo y cómo debíamos pescar. Nos sacamos las ganas de disfrutar una de las modalidades de pesca que más me gusta, con el plus de pescar dorados en superficie, gracias a Javier y su conocimiento de cómo funciona este gran sistema.
Servicios:
Campamento La Amistad de Javier Enrique: Posee embarcaciones Electra Trakker de 560, con motores 4 tiempos. Alojamiento en zona de islas, con habitaciones triples, con aire acondicionado, comedor, baños con agua caliente, pensión completa, con todos los servicios, atención especial a grupos de pescadores; pesca con carnada, baitcasting y fly cast.
Consultas:
Tel. 543777603731 – 543777255200
Instagram: @javier.enrique_pesca