Durante los primeros días de junio, aprovechando aún los días templados, nos pusimos en contacto con la gente de Puerto Paraíso, que siempre nos reciben, y en esta oportunidad para ir al portal sur de la provincia de Corrientes, Esquina.
Por Mario D´Andrea
Puerto Paraíso Esquina es un lugar fantástico donde tenemos la posibilidad de desarrollar casi todos los tipos de pesca, tanto con artificiales, como con carnada. La idea era ver con nuestros propios ojos qué es lo que estaba sucediendo en este sector medio del río Paraná.
Para eso nos preparamos junto a Hugo Giardino y Ariel Robledo, para probar variados estilos de pesca, sobre todo buscar con artificiales en baitcasting, spinning, y también en la modalidad de mosca. Con todos los equipos nos fuimos preparando para buscar los diferentes ambientes que propone Esquina.
La bajante se marcaba de una manera increíble en los días de nuestra visita, y nos sorprendió la rapidez con la que se va escurriendo el agua de todo el delta del Paraná Medio. Esto hace que, muchas veces, los ingresos a estos sitios sean bastante dificultosos.
Esta fue la situación que nos tocó vivir, ya que en varias oportunidades tuvimos que detener la embarcación, prácticamente ir acomodándola a remo y, en muchos tramos, los guías se bajaron para empujar la lancha, ya que el caudal de agua que presentaban algunos arroyos era casi ínfimo.
Aún así se veía mucha actividad de carnada. Ante esta situación, Ariel, no resistió la tentación de hacer algunos tiros de prueba. La gran sorpresa fue cuando al segundo lanzamiento de su señuelo tuvo una tomada firme, una corrida y se planteó una pelea que realmente nos sorprendió. Estábamos esperando ver ese salto del dorado que se podía llegar a dar en ese tipo de correderas, pero ese salto nunca ocurrió.
Se planteó una pelea prácticamente en 40 centímetros de agua, donde costaba mucho trabajo dominarlo y había una razón para eso. ¡Se trataba de un cachorro de surubí!. Sí, sí, apenas estábamos empezando a recorrer la zona de pesca y, tras el segundo tiro, ya teníamos la primera gran sorpresa que nos deparaba esta jornada que íbamos a vivir en Esquina.
Un cachorro de surubí había ido atrás del señuelo Inna de 9 cm. de Marine. Ariel tuvo la fortuna de poder clavarlo con efectividad y disfrutar de una gran pelea utilizando una caña Gladius de Marine de 10-20 libras con un reel Liger de Marine. Fotos y la debida devolución.
Después de ver esa respuesta, no dudamos y empezamos, Hugo y yo, frenéticamente a castear hacia ambos lados en un arroyo de muy poca profundidad, pero donde se veía mucho movimiento de carnada. Pudimos capturar un par de doradillos entre el kilo y kilo y medio que estaban acechando la gran cantidad de sabalitos y algunos bagres también, que se veían encardumados tratando de salir a los lugares más profundos.
Dado que las respuestas eran siempre similares de pequeños ejemplares que estaban cazando en la zona, nos internamos un poco más buscando las correderas, ya sobre lo que es la zona de reserva del Isoró, en la parte sur de este estero.
En este sitio teníamos mejores chances para poder intentar la pesca en las aguas claras que tanto estábamos ansiando ver. Después de navegar casi unos 30 minutos más, llegamos a un lugar donde veíamos muchísima actividad de aves, una avifauna que realmente era increíble con biguás, tuyangos, garzas, doroteos que se veían en todas las márgenes del río. Los biguás formaban manchas negras en el río donde se acumulaba la carnada y, evidentemente ahí, era donde teníamos que apuntar nosotros para arrojar nuestros artificiales y las moscas en busca de otra sorpresa.
Continua disfrutando de esta aventura, aquí: https://revista.revistaelpato.com/flipbooks/revista-327/mobile/index.html
