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LOS CHICOS SOLO QUIEREN DIVERTIRSE

Existen distintos destinos de pesca en donde podemos combinar la pesca de grandes presas con otras alternativas más entretenidas para los niños.

Por Ariel Robledo

Pensar en un destino de pesca que nos ofrezca la posibilidad de pescar lindos dorados y surubíes, además de otros peces de gran valor deportivo, no suele ser un gran problema, ya que a lo largo del río Paraná y del Uruguay, podemos ubicar lindos pesqueros. Ahora bien, cuando pensamos en incorporar a los niños a estas aventuras, la cosa cambia un poco, y por qué cambia: porque si el objetivo de nuestra excursión es sacar un buen dorado o un buen surubí, sin importar el tiempo que nos demande esa búsqueda, podemos llegar a concretarlo con paciencia y sin importar el tiempo que nos insuma tener el señuelo o la carnada en el agua.

Ahora bien, si lo que queremos realmente es que nuestros hijos o nietos, de cortas edades se inicien en la pesca, le tomen el sabor a tener un pique, más allá del tamaño del pez, y que se mantengan entretenidos, la cosa cambia, y debemos pensar en alguna alternativa que los divierta. De lo contrario, si están todo el día en la lancha, sin siquiera sentir un toquecito en su caña, cuando se bajen, no querrán saber nada con ese deporte aburrido que tanto le gusta a papá o al abuelo.

En este sentido, mi experiencia, me ha llevado a saber combinar el gusto de la pesca que tengo yo, con mis hijos, y siempre he tenido la premisa que si los llevo en la lancha es para que ellos se diviertan y, entre pique y pique, vayan conociendo lo lindo de la naturaleza y de este deporte, pero también de los cuidados que deben tener y cómo deben comportarse en la costa o en una lancha, y que sepan que los elementos que se utilizan en la pesca no son juguetes, ya que tenemos anzuelos, señuelos, alicates, cuchillos y otros artículos que parecen inofensivos pero no lo son.

Para quienes no tienen experiencia.

Seguramente muchos de ustedes estarán leyendo este artículo y pensarán “esto ya lo sé”. Pero hay mucha gente que se está iniciando en estas aventuras y es bueno siempre recordar algunas sugerencias. Muchas veces he visto padres que llevan a sus hijos a pescar, pero se ponen a pescar ellos, y cada vez que el niño le reclama atención, lo retan o le exigen que hagan cosas que están destinadas a los mayores como: “quédate quieto”, “no toques eso”, “no te muevas”, “cuidado con el anzuelo”, “mirá que ese pescado tiene chuza”, “no metas los dedos en la boca de la palometa”, y un largo etc. que, a distancia, mientras el papá se muere por tener un pique, suele indicarle al pequeño, quien es pura curiosidad y no entiende de los peligros, hasta que con paciencia y un poco de docencia el padre o abuelo le expliquen.

En definitiva, lo que muchas veces les digo a los padres que van a llevar por primera vez a sus hijos a pescar: “Si llevás un niño a pescar y le querés enseñar… no pesques. Dedicale tiempo y atención a él, indicale los cuidados, enseñale las técnicas con paciencia… Es un momento para que disfruten ambos, no para que todo se torne en discusión…”

La Paz

Con la premisa de pasar unos días en familia y por supuesto disfrutar de la pesca junto con mis hijos, programamos una visita a La Paz, ciudad del norte entrerriano que siempre nos ofrece distintas  acciones para desarrollar, desde paseos por lugares históricos, la pesca deportiva, muy buena gastronomía y, la frutilla del postre, un relajante baño termal.

Llegamos al complejo Posta Surubí, y planificamos nuestra salida para el día siguiente con este plan: por la mañana íbamos a ir en busca de los dorados, con mis hijos Valentín y Santiago, que son mayores, en la modalidad de baitcasting, estilo que demanda más técnica y por supuesto mayor paciencia.  Y después del mediodía lo buscaríamos a Bautista para llevarlo a pescar variada.

Amaneció nublado y con mucho frío. Después de un buen desayuno salimos, junto a Orlando Galván de guía, hacia los pesqueros ubicados al sur de La Paz. Por la temperatura del agua imaginamos que no iban a estar sencillos los piques, y así fue. Tuvimos varios piques y capturas de doradillos que en muchos de los casos seguían a los señuelos pero no los atacaban. Se nos pasó la mañana con escasas capturas pero muchos piques.

Regresamos hasta el embarcadero de La Paz, y ahí estaba Bauti con toda la ansiedad esperándonos para salir en busca de las especies variadas. La amplitud de las embarcaciones de Posta Surubí permiten que estemos cómodos y naveguemos seguros hacia los sitios cercanos que tiene la región.

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