Descubrimos en el norte de la provincia de Santa Fe, un nuevo complejo de cabañas, con lindas propuestas para ofrecer a los visitantes y, por supuesto, una interesante pesca.
Por Ariel Robledo
El riacho Virá Pitá, es un bello curso de agua que se une con las costas de Puerto Ocampo, sobre el mismo río Paraná, frente a la ciudad de Bella Vista. Este punto estratégico, fue elegido por la Cooperativa de Trabajo Amanecer del Virá Pitá, para emplazar un conjunto de cabañas lacustres de madera, con un amplio parque, y todos los servicios para el turista. Un verdadero paraíso ubicado a metros del río Paraná y en donde la pesca deportiva se puede practicar, tanto desde la costa, como embarcados, con acceso a muchos pesqueros que pueden ofrecernos lindas sorpresas.
Para llegar a este complejo, debemos transitar el camino que nos lleva a Puerto Ocampo, distante unos 20 kilómetros de la ciudad de Villa Ocampo. El camino tiene los primeros kilómetros de asfalto, para pasar a un ripio firme hasta el riacho Paranacito, en donde se está construyendo el puente que permitirá pasar hacia la continuación del camino al puerto.
Este camino atraviesa maravillosos paisajes que están comprendidos en lo que son los Humedales del Jaaukanigás, unos amplios espacios de gran biodiversidad y en donde se está tratando de crear una reserva para el cuidado de la flora y fauna local. Transitar este camino es una verdadera aventura que ya le pone un condimento especial a lo que vendrá.
Una vez atravesados los puentes del zigzagueante camino llegamos a una bifurcación en donde un cartel nos indica que, si seguimos a la derecha, vamos hasta el Paraná y, si doblamos a la izquierda, llegamos hasta el complejo de cabañas.
La espesura de la vegetación nos mantiene intrigados hasta el acceso mismo del complejo, cuando, al atravesar el portal, nos encontramos con las cabañas distribuidas a una considerable distancia una de otras, con un gran quincho para desayunar o cenar, piscina que se habilita en el verano, y un prolijo parque para que los niños se diviertan sin peligros.
Como telón de fondo se descubre el riacho Virá Pitá y, en sus aguas, nos esperaba la lancha junto a Fabián Godoy y Luis Ortiz, para ir en busca de los piques de las variadas especies que pueblan las aguas del gran río.
La pesca
Los datos que teníamos eran de buenas bogas cerca de las barrancas correntinas, variada en los pozones, más algunos dorados que se podrían pescar en los bancos de arena que se formaron frente a Puerto Ocampo.
Con una buena cantidad de maíz hervido, saborizado con esencia de vainilla, fuimos en busca de las bogas en las primeras horas de la mañana. Fabián ancló la embarcación en un sitio de una profundidad de unos 2 metros, y una leve corriente. Vimos que en el lugar había otras lanchas aguardando el sutil pique de la bogas.
Ajustamos los aparejos haciéndolos bien largos de un metro y medio entre el esmerillón que hace de tope al plomo y el anzuelo. “Cuanto más largo es el líder, más libertad tiene la carnada…” me sugería Luis. Buscamos el peso adecuado del plomo para lograr que toque el fondo, haciéndolo “picar”, levantando levemente la punta de la caña.
Iniciamos los intentos, y ni bien pasaron los primeros minutos, ya sentimos los piques veloces de las bogas. Uno y dos cañazos fallados, para acertar en el tercer intento. La primera boga quedó en mi anzuelo, y a partir de ahí comenzó la fiesta. Muchas eran de tamaño mediano a chico, pero conseguimos varias de un porte muy interesante que opusieron buena resistencia antes de acercarlas a la lancha.
Continua disfrutando de esta aventura, aquí: https://revista.revistaelpato.com/flipbooks/revista-329/mobile/index.html