El sur provincial nos recibió con un fuerte viento sur que complicó la llegada a los buenos lugares de pesca, pero no impidió que disfrutemos de infinidad de piques de dorados medianos y chicos.
Por Ariel Robledo
El pronóstico nos anticipaba algo de viento para el día elegido para el relevamiento, pero ese “algo” después se transformó en “demasiado”, llegando casi a suspender la salida, pero como estábamos ya en el embarcadero, decidimos esperar un poco a ver si la intensidad de Eolo disminuía, para salir cuidadosamente a relevar algunos de los puntos posibles ubicados al norte de la Cuna de la Bandera.
La invitación había llegado de parte de Lucas Santángelo, propietario de la empresa Oceanic Travel, y la idea era intentar la pesca de dorados que, desde hace ya bastante tiempo, está muy firme. Me acompañaba en la aventura Hugo Giardino, y se sumó Ezequiel Tegasio, propietario de Señuelos Rpator, con quien tuvimos el privilegio de testear unos nuevos modelos “Cromo” de señuelos que, a la postre, resultaron muy efectivos.
Mientras aguardábamos que el viento aflojara, disfrutamos de unos buenos mates con facturas, y conversamos sobre la actualidad de pesca y también de la industria creciente de los artificiales. Cada vez más gente pesca con señuelos, ya que los costos de las carnadas se han ido a las nubes y, tanto el baitcasting, como el spinning, son estilos que nos ofrecen más acción.
El Paraná se mostraba con un oleaje bravo, pero Lucas nos dijo que si navegábamos bien pegados a la costa rosarina, no íbamos a tener problemas, y que seguramente en la zona de puertos, podríamos a tener mayor reparo para pescar hasta que el viento, que por la tarde iba a mermar su fuerza, nos permitiera cruzar el gran río.
Así fue que lentamente iniciamos la marcha rumbo al norte, con el objetivo de llegar a sitios en donde pudiéramos pescar sin tanto oleaje. En medio del gran Paraná, podíamos ver el imponente espectáculo de las olas de gran tamaño que imponían el mayor respeto.
Con paciencia y sin apuro, llegamos al primer punto de pesca. Un gran barco nos servía de “pared” para frenar el viento, y aquí empezamos las primeras pruebas. Exequiel había llevado varios señuelos a los cuales les agregó una nueva paleta de acero, por ello la denominación “cromo” a los modelos nuevos de artificiales que se van a presentar en el mercado. Estas paletas, le dan una mayor movilidad, como así también un mejor corte de agua, ya que su espesor hace que el señuelo baje unos cuantos centímetros más que los tradicionales de paleta de plástico.
Arrancamos con los ensayos, en la modalidad de baitcasting, y no pasaron un par de minutos que ya los primeros piques de doradillos se hicieron sentir. Una tras otra se sucedieron las capturas y devolución de esto bravos ejemplares que imponían toda su fuerza en cada pique. La buena alimentación que tienen estos dorados, hace que en poco tiempo lleguen a un peso y fuerzas únicas.
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