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UNA SALIDA 5 ESTRELLAS

Charlando con Maximiliano Hervello, amigo y excelente guía de pesca en el Río de la Plata, me contaba que los mejores meses para pescar pejerrey son agosto y setiembre y, dependiendo de los vientos y el clima, también parte de octubre.      

Por Luis Kurzkurzluis@gmail.com

Este dato me entusiasmó mucho y combinamos para hacer una salida en busca de buenos pejerreyes también conocidos como los “Gran Paraná”.

Los mejores vientos para pescar en este ámbito son los provenientes del sur o del este. El día de la salida teníamos suaves ráfagas del este.

Maxi posee una embarcación Panga de 8,20 metros, equipada con motor de 150 HP de 4 tiempos, más todos los elementos de seguridad exigidos por Prefectura Naval.                      

Con esta embarcación pudimos realizar una cómoda navegación a pesar del viento de frente. La zona de pesca fue al este de la Unen 10, cerca de un lugar conocido como “el cementerio de barcos”, por la cantidad de cascos a pique que se encuentran.                                                                                           

Estamos hablando de una franja de aguas abiertas con una profundidad media de 3 metros, dependiendo de la altura del río.                                        

El pejerrey no come siempre igual, las variables pueden ser: río creciendo, o en bajante o también parada de agua y, según el cuadrante del viento, puede comer mejor en creciente o en bajante.                                                                      

Por ejemplo: si tenemos viento norte y bajante, el garete de la embarcación es más rápido, dificultando la pesca; si cambia el viento al este o comienza a crecer, la velocidad de la embarcación disminuye, y puede mejorar notoriamente la actividad.                                                                                                          

En ocasiones, el pez toma la carnada iniciando la clásica corrida. En otros casos come y parece que se queda en el lugar, acompañando el garete de la línea. En ese caso es difícil elegir el momento de la clavada.

Armé una caña de 4,20 metros, reel frontal cargado con multifilamento, teniendo en cuenta que los piques se suelen dar lejos de la embarcación. Elegí una línea de 2 boyas grandes, más un puntero palito. Apenas cayeron las líneas al agua tuve la primera sorpresa del día: apareció Maxi ofreciéndonos a modo de desayuno, facturas café o mate.

También atendió personalmente a cada pescador, sugiriéndole o prestándole alguna línea de pesca, mostrando la mejor forma de colocar la mojarra en los anzuelos, en muchos casos, rematada con un filete de dientudo. Siempre atento a que no se crucen las líneas, cantando piques para algún distraído, sugiriendo rotación para pescar lo más parejo posible.                                  

La pesca fue muy buena, no tanto por la cantidad, sí por la calidad del pescado. Salieron varios de más de 50 centímetros, también perdimos unos cuantos de los buenos cerca de la lancha por venir apenas clavados del labio. Durante la pelea se agranda el ojal, soltándose a último momento.

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Cerca de las 13 horas, Maxi, nos volvió a sorprender con excelentes sándwiches de miga y bebidas para todos.                                                       

El viento amaino y la pesca se complicó, con buen criterio se retiró la ceba del agua para no planchar más la superficie. Las respuestas se hicieron más esporádicas, aunque la visión de los piques con el río planchado fue un espectáculo increíble, más aún sazonado por los comentarios, risas y opiniones de toda la tripulación, donde cada uno opinaba si había que clavar o dejarlo comer.

Alrededor de las 16 hs. volvió a soplar el viento con más intensidad que durante la mañana, esto hizo que el pique aumentara notablemente, volviendo la febril actividad abordo.                                                                                         

Cayendo la tarde y viendo lo linda que se había puesto la pesca, Maxi, nos volvió a sorprender  al ofrecernos la posibilidad de quedarnos pescando un rato más a pesar del viaje, a sabiendas que llegaríamos a puerto casi de noche.

 Sin dudas, una salida de lujo porque no hay que llevar nada, Maxi, nos provee de equipos, líneas, carnadas, asesoramiento, desayuno, almuerzo, bebidas para que pasemos un día de primera.

Terminando la temporada de pejerrey empieza el bagre de mar, tarariras, dorados, patíes y bogas.

El Río de la Plata tiene una excelente pesca, lo importante es contactarse con un buen guía que conozca y nos lleve donde están los peces.

Guía de pesca: Maxi Hervello, servicio completo en lancha amplia y segura, con todos los elementos de seguridad, equipos de pesca y refrigerio durante la jornada de pesca. Contacto WhatsApp + 54 11 5700 9903

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