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EL GRAN DESAFÍO

A fines del año pasado, tuve la posibilidad de viajar a Río Grande, para encontrarme con amigos, pero también para desafiar la pesca de truchas en un curso que presentaba un caudal importante, y condiciones muy exigentes.

Por Mario D´andrea

Si bien la pesca con mosca hoy se la puede practicar a lo largo de todo el año con la pesca de diferentes especies como el dorado, tarariras, carpas entre otras, la pesca de la trucha en toda Patagonia es un momento muy esperado.

En lo personal no escapo al común de los pescadores alentado, no solo por la pesca misma, si no por reencontrarme con un montón de amigos que fui cosechando a lo largo de los años de visitas a estos lugares. En este caso, Río Grande, tiene una cantidad de connotaciones especiales que hacen que mi cabeza, a partir de septiembre, tenga como destino este maravilloso lugar.

Este año veníamos hablando con Peter Pereira Mullins, propietario de Angler´s Aventuras Fly Shop, que debíamos volver a hacer el arranque temporada, ya que coincidimos que es un momento de pesca muy particular y que propone un desafío diferente al pescador.

Río Grande es reconocido a nivel mundial por ser un río donde está presente una de las especies muy buscada por pescadores de todo el mundo: la trucha marrón migratoria, con portes que pueden llegar a superar holgadamente los 10 kg.

Tradicionalmente y para los pescadores que buscan estos trofeos a partir de enero es el momento cuando mayor concurrencia de visitantes se recibe, ya se ve un número significativo de peces ingresado al río. También las condiciones del río se encuentran mucho más estables y con niveles óptimos para tener excelentes resultados y, es por eso, que muchos consideran el mejor momento de este río a partir de estas fechas.

Conversando con muchos de los guías que allí operan y, en mi opinión personal, el arranque de la temporada tiene un plus y es que, aparte de tener la posibilidad de capturar alguna de estas marrones migratorias, se suma la presencia del salmón Chinook.

Uno de los pioneros en poner en valor este momento de pesca fue el amigo Ángel Carrillo, conocido también como el famoso “Goma”. En su momento, allá por 2008, junto con la Comisión de Pesca con Mosca de Río Grande organizaron el Encuentro de Pesca con Mosca de Río Grande y, ayudados por estancia Maria Behety, que dejaba el ingreso de los amigos pescadores a los pools de pesca, desde el primer encuentro se lograron registros de capturas de truchas marrones y, en varias oportunidades, con capturas de estos salmones.

Por eso, hoy día, en lo personal digo que existen dos Río Grande: uno en el arranque de la temporada y otro de mediados de temporada hasta el cierre.

Hablando con Peter me recalcaba que debía de volver en el arranque de la temporada y, si bien pasaron unos 5 años de aquella nota en la que hicimos juntos a Angler´s Aventuras y Maria Behety, tenía el recuerdo presente de lo que fue ese momento, cuando logramos capturar un par de salmones y unas hermosas truchas. Con semejante recuerdo aún fresco decidimos que este arranque era el momento de volver a encarar el Gran Desafío.

Con todo ya planeado, nunca faltan esos amigos locos que, en cuanto le comentás lo que vas a hacer, se suman sin pensarlo. Así me acompañaron Marcelo, Iván y Guillermo, quienes la temporada pasada habían hecho las primeras armas con la pesca de trucha en el Strobel y, en esta oportunidad, querían conocer el místico Río Grande.

Coordinamos todo y para el día 2 de noviembre teníamos los boletos para llegar a Río Grande.

En el mismo momento en que el avión se aproxima para aterrizar en Río Grande, es inevitable sentir esa adrenalina que te genera todo lo que está por venir y también, como sucede en casi todos los ambientes patagónicos, hay un factor fundamental que es saber cómo encontraremos el río.

En el momento de salir del aeropuerto nos estaba esperando Maxi, quien sería nuestro guía por los próximos días, para llevarnos hasta el departamento, cambiarnos rápidamente y salir al río sin más reparos.

Tal vez no es lo más aconsejable de hacer y, por eso lo aclaro, ya que entre los horarios de vuelos y el trajín por llegar a pescar, era medio jugado. Lo ideal es darnos un margen para llegar un día antes, porque nos da la posibilidad de relajarnos, revisar los equipos con el guía y, en caso de faltar algo, tenemos la oportunidad de contar con un gran Fly Shop que nos puede proveer lo que necesitemos.

En esta oportunidad contábamos con Maxi y la experiencia de Peter, que dejaron cargadas las camionetas con todo lo que necesitábamos y un poco más…

Para completar el equipo contábamos con un gran amigo que conocimos en los encuentros y la pesca: Néstor, quien es el cheff, encargado de mantenernos nutridos.

Tanto para Marcelo, Iván, y Guillermo era su primera vez en Río Grande y, por supuesto, con un montón de interrogantes y ansias por estar en el río. En la entrada de la estancia nos encontramos con Eduardo Flores con quien ya nos conocíamos de años anteriores y no dio los pools donde estaríamos buscando tentar con nuestras moscas algún pez. Ahí nos comentó Eduardo que el río venía muy cargado de agua. Como en toda Patagonia, fue un año con registros muy altos de nevadas. Con el comienzo del deshielo en los días anteriores el río tenía un volumen de agua para este arranque bastante inusual. Pero esto es parte de la pesca, y a los pescadores se nos hace más difícil trabajar la mosca, pero, lo positivo es que estos niveles altos pronostican un buen volumen de agua para el resto de la temporada, ingresando más cantidad y calidad de peces.

Una vez que sabíamos los pools que teníamos nos dirigimos para iniciar nuestra aventura.

Otro de los factores que suele estar presente en la mayoría de los días es el viento característico de la zona y es parte de este paisaje ya que podríamos decir que: “si no hay viento… no estás en Río Grande”.

Empezamos a preparar los equipos. Debido al caudal y rapidez que tenía el río, optamos por armar sólo las cañas de Space (dos manos) para poder trabajar con líneas más pesadas. Vale destacar que para cualquier pescador que decida conocer este lugar, las cañas de dos manos se adaptan perfectamente para estas situaciones de pesca. Incluso para quienes no tienen experiencias con estas cañas, el equipo de Angler´s Aventura, con Maxi, está preparado y dispuesto para enseñar y transmitir rápidamente la técnica para que cualquier pescador la pueda realizar.

Nos fuimos distribuyendo a lo largo del pool, intentando entrar en sintonía para buscar el esperado pique. Como explicamos anteriormente nos encontramos con un río extremadamente rápido y cargado. Igualmente era inevitable estar soñado en cada lanzamiento con sentir ese ataque tan esperado. En uno de los lanzamientos sobre la zona de piedras que me marcó Maxi, siento la tomada en la deriva y con solo sostener la línea y parar la caña fue suficiente para comprobar la corrida de estos peces que siempre presentan una fuerza increíble. Como estaba casi con el agua por encima de la rodilla, decidí dar unos pasos para atrás buscando estar en una situación más firme. Lo que no tuve en cuenta fue la fuerza del agua que, tras girar, hizo que perdiera el equilibrio y ¡¡¡paffff!! al agua. No sólo que casi me zambullí, sino que también perdí la tensión con el pez, lo que hizo que se liberara.

Me di vuelta tratando de disimular, pensando que nadie se había dado cuenta de lo que había pasado, pero siempre hay un alcahuete y en esta oportunidad Peter vio todo y, por supuesto, las cargadas y carcajadas no tardaron en llegar.

Lo malo era que estaba empapado… pero lo bueno era que habíamos tenido la primera señal de que los peces estaban. Terminamos las primeras horas de pesca y nos fuimos al refugio que tienen preparados los muchachos para calentarnos, en mi caso secarme y comer algo calentito para reponer energías.

Sabíamos que los días siguientes no serían fáciles y principalmente debíamos concentrarnos en lograr que las moscas bajen lo más posible para llegar a donde teníamos chance de algún pique.

Las moscas elegidas para trabajar en esta situación son streamer tipo intruder, en colores llamativos como chartreuse, fucsia, combinada con azul, negras para llamar la atención de los salmones y, para el caso de las truchas, los guías de la estancia nos dijeron que estaba dando excelente resultado un clásico como es la Río Grande Queen, diseño de Pepe Fly Borzi en color negro con plateado.

En los días siguientes las condiciones no variaron mucho pero pudimos concretar varias capturas de marrones residentes de buen tamaño, lo que nos mantenía atento de dar con alguna buena captura, y varios piques que no llegábamos a conectar para producir una clavada certera. Muchas veces uno trata de comprender en qué se está fallando para intentar revertir la situación. Creo que parte de eso se podía dar debido a la velocidad inusual que tenía el río por estos días y la dificultad de lograr que la mosca trabaje más tiempo en la zona específica de pesca.

Aún bajo esas condiciones, cada uno de nosotros tuvimos varias chances y, Guillermo, concretó un par de capturas de algunas lindas residentes y, de repente, también tuve mi oportunidad de poder clavar una linda plateada que entregó toda su potencia al momento de la pelea.

Pero aún nos quedaba algo más de Río Grande y es que otro gran amigo está desarrollando un programa en otra estancia que allí se encuentra, pero creo que es motivo para la próxima nota, ya que es lugar maravilloso que merece su párrafo a parte.

En resumen en esta oportunidad, como ven, no siempre se gana. Aunque creo que, en esta oportunidad, aún así todos salimos ganando de una u otra forma, ya que tuvimos la oportunidad de pescar en un río bastante difícil, usando equipos que se ajustan a las necesidades y aprendiendo cómo hacer para dar con los peces.

Como dije aún nos quedan cosas por vivir y descubrir en Río Grande, todo eso coronado con la invitación de compartir un asado con los muchachos de la Asociación de Pesca con Mosca. Ya que siempre es un placer encontrarnos con viejos amigos, siendo uno de los principales motivos por lo que uno quiere volver a este magnífico lugar.

Info:

Agradecemos las atenciones de Peter Pereira Mullins, de Angler´s Aventuras Fly Shop. Calle Perito Moreno 368, Río Grande, Tierra del Fuego.

Consultas: WhatsApp 542964478760

http://www.anglersaventuras.com/

También a Estancia Maria Behety por permitirnos el acceso.
Instagram: @mariabehetyfishing

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