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LA PAZ PINTADA

“Con media jornada nos alcanza para hacer una nota…”Estas fueron las palabras que resumen la gran pesca que hicimos en La Paz, invitados por nuestro amigo Marcelo Naumoff.

Por Ariel Robledo

Llegamos por la noche hasta tierras paceñas y nos alojamos en el complejo de cabañas Sueño Dorado, de Marcelo Naumoff. En el asador de la cabaña se cocían unos sabrosos kipes hechos artesanalmente por su socio Randy Chávez.

Durante la cena conversamos sobre el gran momento que atraviesa el río, con gran cantidad de surubíes, en su mayoría de tamaño mediano y pequeño, pero que permiten que las jornadas de pesca sean altamente divertidas.

En días anteriores los pescadores que estuvieron probando suerte, lograron superar las 20 capturas por jornada, algo que hacía bastante tiempo no se daba y que, gracias a la recuperación del río, hoy se lo puede disfrutar.

Coordinamos con Marcelo salir bien temprano por la mañana, y al mediodía parar a almorzar en la isla, siguiendo con los intentos por la tarde. El pronóstico nos anunciaba buen clima y una jornada no tan calurosa.

Un día pintado

Con el mate listo, nos acercamos hasta el puerto en donde ya nos aguardaba nuestro anfitrión con la lancha lista, impecable, como siempre.

La idea era ir probando en los pesqueros cercanos y lentamente ir alejándonos según el resultado que nos arrojara el relevamiento en los primeros momentos.

Navegamos en un río totalmente sereno, con las primeras luces del día, hasta ubicarnos en una zona de palos en el mismo río Paraná.

La corriente no era tan intensa, y Marcelo nos aclaró que el lugar tenía muchos palos sumergidos y que podíamos clavar algún surubí o también engancharnos en algún obstáculo del fondo. “A cara o cruz” fue el comentario. Cuando lanzamos, teníamos que dejar caer el plomo hasta el fondo y dejarlo quieto, ya que si lo movíamos corríamos riesgo de enganche.

Yo tenía aparejo verilero, y Mario D´Andrea, al igual que Marcelo, usaban aparejos corredizos. El plomo de unos 40 gramos estaba bien para anclarnos en las profundidades. Usamos como carnada morenas medianas, ideales para tentar a los pintados.

Hicimos los lanzamientos, y aguardamos los piques. Para esta ocasión decidimos junto con Mario, emplear equipos de pesca para mar, cañas y reeles frontales de Slow Jigging de la marca Okuma en modelos de cañas Magda Air y Tesoro. Estas cañas tienen la particularidad de ser bien parabólicas pero con una acción potente, ya que están fabricadas para izar peces de mar desde mucha profundidad. Los reeles eran los modelos Azores 4000 en mi caso y Mario usaba un Custom Black, ambos de Okuma.    

En la punta de mi caña empiezo a sentir pequeños toques, similares a los piques de las palometas… Lo miro a Marcelo, y me dice que aguarde un poco, que a veces los surubíes tocaban la carnada de esa manera, hasta que en algún momento llegaba la llevada firme.

Mario siente lo mismo en la punta de su vara y me mira de reojo, como sospechando que la presa no era la que buscábamos.

De pronto, siento un golpe más fuerte en mi caña y la llevada lenta, contante… Clavé, y la caña que empezó a lucirse con su curvatura. La verdad que el equipo en la primera captura ya se lució, y Mario que tuvo que dejar su caña para filmar mi captura, veía como su vara también se curvaba al límite. Sacamos al primer cachorro y tras la devolución, inmediatamente, Mario toma su caña y comienza a pelear con otro cachorro de surubí. Así empezó a fiesta que ya nos anticipó Marcelo. Casi un doblete por la simultaneidad de los piques y las capturas.

El arranque era inmejorable, y tras estas capturas, y con la misma morena que usamos, lanzamos nuevamente. No pasaron un par de minutos que nuevamente sentimos los toquecitos suaves en las cañas, y tras ese “jugueteo” la llevada en la línea de Mario, asegurando la tercera presa. Fotos y la devolución inmediata.

Marcelo, nos sugirió cambiar de lugar, ya que este primer punto nos dio tres capturas.

Nos movimos unos 4000 metros hacia el norte, con una costa similar a la que elegimos en la primera parada. En este arroyo podíamos ver a varias embarcaciones gareteando (pescando a la deriva), lo que nos hizo pensar que la pesca estaba en la zona.

Bastaron un par de minutos para conseguir un par de piques más de surubíes y, por supuesto, la nota que iba tomando un lindo color. Los tamaños de los surubíes eran similares, entre los 70 a 80 cm. Después de unos minutos, decidimos navegar hacia el arroyo El Largo, donde Marcelo había estado pescando días antes con buenos resultados.

Arribamos a la bifurcación del arroyo, nos detuvimos unos metros antes de un carrizal. La profundidad rondaba los 4 metros. La idea era lanzar cerca del carrizal, o sea, hacia la costa en donde pegaba la corriente con un poco más de fuerza. Mario, tratando de alejarse de las líneas de Marcelo y la mía, para que no se enreden, decidió lanzar hacia el medio del arroyo.

Mientras su línea se iba acomodando, empujada por la corriente, siente la llevada firme de un surubí, que se plantó en la lucha. Esta captura fue el principio de una sucesión de piques que jamás olvidaremos… No teníamos pausa, y pasaba que con una misma morena, lográbamos capturar tres o cuatro cachorros. El secreto era que la línea o el aparejo estén en movimiento, es decir, lanzábamos hacia los costados de la lancha, y la corriente arrastraba las líneas por el fondo y era en esa situación donde teníamos los piques. Una vez que el aparejo dejaba de correr solo picaban algunas palometas.

Cuando Mario se fija la hora en su reloj, eran recién las 10:30 de la mañana y ya teníamos más de 20 surubíes pescados y devueltos. En un momento y ya con la nota realizada, Mario cambia su equipo y utiliza un reel y caña Okuma de Ultra Light, es decir, un equipo de muy baja potencia, pero justamente para aprovechar que había muchos cachorros de surubí. No se pueden imaginar que fue cada pique y captura de estos pintados con ese equipo… sinceramente un show total…

Cerca del mediodía, y con más de 35 surubíes filmados, y devueltos, decidimos dejar de pescar, y dirigirnos a una costa sobre el Paraná, para descansar bajo la sombra y saborear un buen asado…

No es sencillo encontrar situaciones de pesca como la que nos ofreció La Paz, en tan solo media jornada… Marcelo tenía razón, fue un día pintado de gris y negro, con cachorros de surubíes que nos daban una inmensa alegría, y que ojalá los aprendamos a cuidar como se deben, ya que la naturaleza nos da una nueva oportunidad para disfrutar de nuestra pasión por varios años más…

Estos ejemplares que hoy están entre los 3 y 5 kilos, pueden llegar a superar los 20 kilos, pero para ello no se deben matar, no se deben depredar…

Regresamos a la ciudad después del almuerzo, con la felicidad de haber logrado una nota con gran cantidad de capturas, y la posibilidad de testear equipos que estuvieron a la altura de la situación…

Es un excelente momento para aprovechar que el río tiene surubíes, y La Paz está pintada…

Equipos utilizados de www.okumafishingargentina.com.ar

Servicios:

Marcelo Naumoff: Sueño Dorado, cabañas y excursiones de pesca en La Paz. Todas las modalidades, pesca nocturna, lanchas amplias, servicio de alojamiento, atención especial a grupos de pescadores.

www.sueniodorado.com.ar

WhatsApp: 543437446250

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