Y así, como quien no quiere la cosa ya estamos a un paso de empezar a disfrutar una nueva temporada de caza menor en nuestro país… la espera está terminando.
Textos: Néstor Baldacci – nestor.baldacci@hotmail.com
Fotografías: Damián Gallo – @fogon_amigo
Hemos llegado a esa hermosa época del año, habiendo sobrevivido a los calores infernales del verano, con las primeras refrescadas, y aunque falte mucho para que se venga realmente el frío, de todas formas ya empezamos a mover nuestros perros con los vareos y a ordenar las ideas de cómo vamos a encarar la temporada de “pluma” 2025.
En algunos casos, como la prolija provincia de Santa Fe, ya tenemos algunas resoluciones que nos tranquilizan y ordenan lo que va a ser la fecha de inicio y cierre, las especies permitidas y los cupos, y en otras, como siempre, la incertidumbre será hasta ya bien entrado el mes de mayo que tradicionalmente es y será el mes de apertura en la cultura popular del cazador de perdices argentino.
Porque si hay una tradición que supera todo tipo de razonamiento, es el del inicio de la temporada de perdiz en mayo… haya o no cambio climático, el perdicero va a salir a patear potreros aunque tenga que hacerse una coraza de repelente y usar mangas cortas, porque en su memoria guarda esos maravillosos amaneceres helados de hace una veintena de años atrás, cuando mayo era definitivamente el mes ideal para empezar a cazar perdices tras 9 eternos meses de espera desde la temporada anterior.


Ojalá este año recuperemos el frío y podamos empezar bien temprano a despuntar nuestra pasión!!! Aunque, a decir verdad, escuché un par de climatólogos que aseguran que será un período de bastante humedad en el centro este del país como consecuencia de iniciarse el “fenómeno del Niño”, lo digo como para que vayan previendo opciones y aprovechando cada finde que el tiempo nos dé una ventana sin lluvias.
Pero pensemos en positivo, de última ya habrá tiempo a renegar con el agua (y ojo que a quienes también nos gusta entrarle al Pato, las lluvias no nos vienen nada mal). Por lo pronto, faltan poquitos días para volver a caminar atrás del perro, con la escopeta acunada y la mente totalmente dispersa, contemplando el derrotero de nuestro fiel compañero, hasta el momento de verlo tomar una emanación y que por esos mágicos instantes que transcurren hasta la muestra final, el vuelo y el disparo, todo absolutamente todo nuestro universo se centre solo en esa expectativa que culmina con una presa en el chaleco o nuestra frustración por el tiro errado.


Yo me inicié en la caza básicamente cazando perdices, llegando a la adolescencia incorporé los patos y ya promediando los treinta empecé con la caza mayor, y me encantan, me apasionan TODAS, no les voy a mentir, pero uno siempre recuerda su primer amor, y yo creo que mientras “las tabas” me den, voy a seguir caminando un potrero buscando darle caza a una noble, bellísima y frágil perdiz.
PREPARATIVOS
Falta poco y mucho, al mismo tiempo, dependiendo el grado de ansiedad que uno maneje, pero sí es recomendable que nos vayamos preparando para que todo sea menos improvisado y logremos el mejor resultado, teniendo en cuenta que el tiempo y los recursos no nos sobran.
Por eso está bueno empezar con los vareos de nuestros perros, para que ellos también desahoguen un poco su ansiedad y como buenos atletas que son, recuperen poco a poco el estado físico necesario. Aparte si hacemos los vareos en las zonas que luego visitaremos, nos va a dar una idea de cómo están los potreros y obviamente la densidad de población de las perdices. También nos sirve para fortalecer las relaciones con los dueños o encargados de los campos que nos abren las puertas de sus “casas” para que entremos armados y a los tiros, ¡pensemos en esto gente!


También está bueno para revisar el stock de cartuchos y reforzarlo en la medida de lo posible (y si alguno recarga, mucho mejor todavía, porque estará “cazando” desde antes) pegarle una limpieza a la escopeta y revisar la ropa que solemos usar. Por ejemplo, en mi caso, fanático del chaleco, es recomendable airearlo un poco y controlar que no nos haya quedado algún bolsillo o cierre roto de la temporada pasada, que nos haga renegar en la primera salida.
En fin, creo que cada uno de nosotros tiene una rutina previa generalmente heredada de nuestros mentores, o copiada de algún compañero… ¡pues bien!, usemos este tiempo de espera para disfrutarla, mientras vamos programando algunos itinerarios posibles y, en el mejor de los casos, quizás hasta ponernos algún objetivo aún no alcanzado, como por ejemplo, cazar una perdiz de monte o una copetona en los lugares habilitados, si aún no lo hemos hecho, o fijarnos la idea de volver a algún destino que nos haya deslumbrado.
Por lo pronto, falta cada vez menos, ojalá podamos tener una excelente temporada que nos deje repletos de emociones, fotos y recuerdos, que nos depare buenos asados bajo la sombra de un árbol en una ranchada improvisada y un sereno regreso a nuestros hogares.
Les dejo un fuerte abrazo camaradas! Feliz temporada de pluma 2025 para todos.
