En la previa al Mundial de Pesca, viajamos hasta la “Ciudad de las golondrinas”, para conocer la situación del pique. Un relevamiento de pocas horas y muchos surubíes.
La condición del río es óptima para la pesca de los surubíes. El río Paraná se mantiene en un nivel bajo, y el río Paraguay está crecido como consecuencia de las lluvias que arrastran sus tributarios Pilcomayo y Bermejo. Esta situación hace que la sedimentación que suelen tener estos cursos, vayan tiñendo al gran Paraná, desde Paso de la Patria hacia el sur. El color amarronado se adueña de toda la cuenca y es un factor ideal para la pesca de bagres, ya que como siempre decimos: aguas claras peces de escama, aguas turbias peces de cuero.
Con este dato alentador llegamos a Goya, en donde nos aguardaba Javier Enrique y su hijo Agustín, para navegar hasta el Campamento La Amistad, que hoy ya más que campamento es un complejo que cada vez tiene más pinta a hotel de río. Habitaciones con aire acondicionado, baños nuevos, amplio quincho, y galería para disfrutar de un entorno único. A esto se le suma su posición estratégica, cerca de los mejores puntos de pesca del sur goyano.
Llegamos al mediodía para el almuerzo, y nos dispusimos a preparar todos los equipos. El calor era importante, por lo que decidimos salir a la tarde, para probar suerte hasta la noche, escapándole a las horas más calientes y a las terribles palometas. Después del almuerzo, una siesta reparadora con aire acondicionado, y la ventaja de estos servicios que tratan de darle al pescador el mejor confort.
El objetivo también era pescar de noche, pero debemos aclarar que este servicio no lo contempla el campamento, sino que lo hicimos porque la Fiesta del Surubí se realiza de noche. En relación al servicio de Javier Enrique la jornada de pesca arranca a la mañana temprano, al mediodía se corta para el almuerzo, y se sigue por la tarde ahora en verano. Durante la temporada de frío y cuando la jornada es más corta, se trata de aprovechar a full todo el día.
La tarde, el mejor momento
Ya con las pilas cargadas, salimos en la lancha Walter Simonela, Valentín Robledo, Agustín, Javier y yo. Si bien éramos muchos en la embarcación, la amplia lancha nos permitía estar cómodos. Navegamos aguas arriba del campamento, teniendo en cuenta que frente al complejo también se suelen pescar surubíes en la denominada Boca de la Colacha. Tras unos 10 minutos de marcha, ubicamos un sitio con camalotes en la costa.
“Vamos a probar acá, al garete, ya que vamos a pasar por varios pozones…” nos indicaba Javier. El garete, o pindá, es el estilo de pesca con el cual dejamos la lancha derivar empujada por la corriente. Los aparejos con plomos de distintos pesos, corredizos o verileros, vienen copiando el fondo con la carnada, en busca de algún surubí. Es una manera muy divertida de pescar, en la que el pescador debe estar muy atento y no confundir los piques con las deformaciones del lecho del río.
Una buena cantidad de repelente para los mosquitos, y con todo listo iniciamos las caídas. En el primer pozón, no tuvimos respuestas, y era un sitio en el cual los días previos se habían dado lindas capturas. La pesca tiene eso…
Seguimos derivando, todos atentos a los piques. Un par de palometas se adueñaron de la ilusión. Hasta que Agustín, logró el primer pique, y acertó la clavada. Mientras peleaba con su cachorro, llegó mi turno, y el doblete se concretó cuando caía el sol. Lindas fotos, y la devolución.
Javier había recibido el material para marcar a los peces, un estudio que se está haciendo para conocer el recorrido que hacen las especies por nuestros ríos. Se han marcado muchos ejemplares que si un pescador los captura tiene que mandar la foto de la marca y ubicación a un número de teléfono que aparece, y describir la numeración con la que se identifica la marca. Una excelente iniciativa que permite monitorear las migraciones de los peces y entender un poco más de su comportamiento, para evaluar las políticas a implementar en función del cuidado y manejo del recurso ictícola.
El atardecer…
El sol ya se había despedido, y la noche le dio paso a los sonidos, la espera, y los piques de surubíes, un momento que la especie siempre aprovecha para acechar bajo los carrizales, o en sitios profundos. Los piques se fueron sucediendo con varias capturas de ejemplares cuya pieza mayor llegó a los 90 cm, y la consiguió Valentín, con un cascarudo como carnada.
Los cebos los íbamos alternado entre morenas y cascarudos, y los mejores tamaños los conseguimos con la carnada más dura. Todos los piques se concretaron a la deriva, con plomos de unos 30 gramos, y aparejos corredizos.
Cerca de las 21 hs, y con más de 10 capturas logradas y su debida devolución, regresamos al campamento, para cerrar la noche a puro brindis, bajo un manto de estrellas que nos dio un paisaje fantástico.
El día
Amaneció en el campamento, y disfrutamos de un desayuno en el balcón que tiene el complejo hacia el río. Algo que no tiene precio, ya que podemos sentir la brisa fresca de la mañana saboreándola con mates, o con la infusión que uno desee.
Cerca de las 7 salimos nuevamente para pescar un par de sitios que por la noche no habíamos recorrido. Nos alcanzaron un par de hora para completar una nota cargada de bromas, lindos momentos, y con la satisfacción de compartir con amigos, y en el caso de Javier y mío con nuestros propios hijos.
Un dato a tener en cuenta es que cuando realizamos las derivas, conseguimos muchos piques de surubíes, pero cuando nos detuvimos para pescar anclados, las palometas no nos dejaron la carnada en paz. Algo para destacar ya que muchas veces nos empecinamos en un estilo o forma de pesca y nos puedo jugar en contra. Lo ideal es ir probando para ver cuál de las técnicas nos da mejores resultados.
En definitiva, la cercanía a los pesqueros, el marco natural que lo rodea, la atención y la buena onda que siempre le pone Javier a su emprendimiento, hacen que cada aventura en La Amistad, sea diferente y muy bien recordada. Regresamos de Goya con el baúl de anécdotas repleto, sintiendo en los brazos y el corazón, el pique, la corrida y la captura de muchos cachorros de surubíes que son el deleite de miles de aficionados.
Servicios:
Campamento La Amistad de Javier Enrique: diferentes estilos de pesca; amplia trayectoria; alojamiento en zona de islas, con habitaciones triples con aire acondicionado, comedor, baños con agua caliente, pensión completa, con todos los servicios, atención especial a grupos de pescadores; pesca con carnada, baitcasting y fly cast.
Consultas: +54 9 377 760-3731 / +54 9 377 725-5200
Peces marcados
La Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y la Comisión Mixta del Río Paraná (Comip) lanzaron en Itá Ibaté el Estudio de Pesca Recreativa en el río Paraná en el tramo que comparten la Argentina y Paraguay, a través del cual se buscará conocer la situación de esta actividad en la región. El estudio pretende caracterizar la pesca recreativa y sus principales sitios, estimar el esfuerzo de pesca y evaluar las variaciones espacio-temporales del mismo. Además, permitirá cuantificar de buen modo el estado de las poblaciones naturales de las especies de peces de mayor interés para la pesca deportiva y su efecto sobre la fauna íctica. La iniciativa resulta necesaria, ya que la actividad se viene incrementando en muchas localidades costeras del río Paraná, y tiene un fin concreto: generar las bases para el desarrollo de políticas de manejo regionales del recurso ictícola. En síntesis, valorar la actividad, por un Paraná sustentable. Ante la captura de un pez marcado hay que comunicarse al 549 379 469-4486 o enviar un mail a: pesca.recreativa.parana@gmail.com