El año pasado fue verdaderamente excepcional, que para nada puede tomarse como referencia, pero que es inevitable compararlo con el presente. En 2021 comenzaron a bramar los primeros días de marzo y se extendió más allá de mediados de abril, bastante más de lo que estamos acostumbrados. La berrea (como les gusta decir a los españoles) no sólo fue inusual por su extensión sino también por su firmeza, magnitud y duración, desde el atardecer hasta entrada la mañana (algunos días hasta las 10 o más).
Cualquier viejo cazador dirá que eso es normal… y sí, hace tiempo era relativamente normal. Pero ¿qué es normal hoy?, porque todos la reconocieron como atípica. Hay que recordar que la del 2021 tuvo campos “descansados” durante dos años, prácticamente con nula presión de caza porque la temporada de caza se cerró por la pandemia antes del comienzo de la brama. Es decir, que no sólo que no se cazó en el 2020, sino que se generó un bache desde el fin de la brama 2019 hasta la del 2021.
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