Titulé así esta nota para graficar el momento en el que se llevó a cabo este relevamiento. Horas del anochecer y entrada la misma.
Por Hugo Giardino
Marcelo Naumoff, nuestro anfitrión, nos convocó para realizar una pesca de surubíes justamente en ese tramo de la jornada (la noche). Desde hace algunos años, Marcelo viene ofreciendo, en temporada estival, un servicio de pesca que arranca a las 16 y se prolonga hasta las 2 de la madrugada. Se retorna al puerto disfrutando de una vianda muy bien preparada para que el grupo de pescadores llegue satisfecho y con la única idea del descanso.
De esta manera, se evitan dos grandes problemas en la jornada: el primero, el calor intenso del mediodía y la siesta en el Litoral argentino y, el segundo, la actividad incesante de las palometas que nos consumen todas nuestras carnadas y molestan la actividad de otros peces.
Recorrimos algo más de 180 km. desde la capital santafesina con mi amigo Jorge Espasandín. Llegamos al puerto de La Paz a las 16:30, donde nos esperaba Marcelo y pusimos rumbo norte con una muy cómoda embarcación, equipada con buena potencia y motor eléctrico; una de las siete que posee nuestro guía.
Llegamos al sitio de pesca luego de navegar por espacio de una hora y veinte. Allí comenzamos los intentos en la modalidad deriva o garete: esto es con el motor apagado y la lancha arrastrada por la corriente. Siempre se puede corregir esta caída ayudados por el motor eléctrico, indispensable para este tipo de pesca. Durante los primeros intentos, todavía estaban activas las palometas, y tuvimos varios piques de éstas, inclusive, algunos cortes en nuestra línea. Ya en el atardecer, pudimos obtener algunos patíes y Jorge tuvo la fortuna de prender un cachorro de surubí.
Debíamos aprovechar las primeras horas de la noche antes que la luna llena hiciera sentir su efecto sobre la actividad de los peces. Fue por este motivo que ya habíamos señalado varios puntos de pesca y los fuimos rotando, en este caso, en las modalidades atados o anclados, según el ámbito elegido. Utilizamos para esta práctica cañas para reel rotativo y reeles de bajo perfil, cargados con multifilamento 0,25 mm. Jorge, por su lado, utilizó un equipo de spinning mediano, compuesto por una caña de 6,6 pies de 12/25 lb. Y todos utilizamos aparejos corredizos con plomos entre 30 y 60 gr, de acuerdo a los sitios que tocábamos, con diferentes profundidades y correntadas.
Nuevamente Jorge se alzó con las palmas, obteniendo tres ejemplares más de surubíes, uno de los cuales pesaba entre 6 y 7 kg. Yo y Marcelo, obtuvimos varios peces que componen la “variada” como manduvés y patíes.
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