Por Luis Frixione luisfrixione1922@yahoo.com.ar
Respondiendo al pedido de muchos lectores que están dando sus primeros pasos, vamos a dedicarles una serie de artículos a este componente tan importante, tan significativo que se lo considera el “conjunto rifle-mira”.
Estas líneas son sólo una primera aproximación al tema, pensadas especialmente para quienes están comenzando.
Aquí trataremos de abordar los aspectos más importantes, pero desde la generalidad, y sólo a los efectos de una orientación inicial, luego ampliaremos y profundizaremos en futuras ediciones.
PRIMERO…
Antes de comenzar, debemos puntualizar algunas cuestiones fundamentales: los aparatos ópticos para la caza tienen una finalidad elementalmente práctica, pero esencialmente vinculada a la eticidad. Como es evidente, las miras tienen como propósito facilitar la puntería (aspecto útil y funcional), pero, justo allí radica su condición ética: facilitar la colocación del proyectil en el lugar más adecuado para producir una muerte rápida.
Permítame insistir en estos dos aspectos (ético y práctico) que se funden en la cuestión de lo que llamamos puntería. Se debe recordar que todo animal que se escapa herido sufrirá una muerte lenta y dolorosa, cosa que no se puede permitir un cazador responsable. Por otro lado, no se puede olvidar que cuando se contratan servicios de caza (sean guías o cotos), generalmente “se paga la sangre”, es decir, que se abonan por igual los animales cobrados como los que se escapan lastimados. Dicho de otra manera, el gasto será el mismo a pesar de no disfrutar de su carne, ni poder obtener el trofeo o el cuero.
Puestas así las cosas, la mira telescópica se convierte en un elemento considerado indispensable en la caza deportiva con bala, y son escasísimas las excepciones donde no se recomienda su uso.
Otro punto fundamental que no podemos dejar de citar es que las miras no son mágicas, es decir, que no hacen su trabajo por sí mismas. Puede parecer obvio, pero hay que ser plenamente conscientes que sólo facilitan el trabajo pero no aseguran el resultado. Ninguna mira, ni la mejor, exime al cazador de practicar lo suficiente para ganar confianza y eficiencia.
ANTES Y DESPUÉS DE LA X
Toda mira tiene una especificación técnica básica y elemental que se expresa en dos cantidades separadas por una X (6×40 por ejemplo). Estos términos refieren a la ampliación (lo que comúnmente llamamos “aumentos”) y al ingreso de luz (lo que usualmente referimos como “claridad” o “luminosidad”).
El número que está delante de la X indica la cantidad de aumentos, por ejemplo, una mira de 6×40 amplía 6 veces el tamaño que percibe ojo humano… o, dicho de otra manera, “acerca” 6 veces el animal. Como es obvio, una mira de 9×40 ampliará tres veces más que la de 6×40. También hay miras de aumento variable que indican el aumento mínimo y máximo separados por un guión (3-9×40, es decir de 3 a 9 aumentos).
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