A pesar de los ataques anti-caza, el sector turístico-cinegético no está dispuesto a ceder en el debate público… y la estrategia es clara: enfrentar el relato apocalíptico de los animalistas con los datos incontrastables de los científicos. Ese es el camino…
Textos: Luis Frixione (luisfrixione1922@yahoo.com.ar) – Fotografías de Damián Gallo
El turismo cinegético tiene una enorme importancia social y económica. Al igual que la pesca deportiva, son actividades que ponen en valor el recurso natural de muchas zonas de escaso interés para el turismo tradicional, incluso también para muchas otras actividades productivas.
El turismo de caza nacional (es decir, el interno) genera transferencia de recursos desde las zonas más desarrolladas a las regiones rurales marginales, lo que genera puestos de trabajo, mejora la distribución geográfica de las riquezas y dinamiza las economías regionales. Tampoco se puede dejar de nombrar la puesta en valor de los ecosistemas nativos que, sin estimación para la caza deportiva, serían arrasados por el desmonte en la ampliación constante de la frontera agropecuaria.
Respecto del turismo cinegético externo, aporta ingresos de divisas al país, porque es la única exportación que se consume donde se produce. Puestas así las cosas, es fácil comprender el impacto socio-económico de esta actividad, sea de cazadores nacionales o de extranjeros.
BUENAS NOTICIAS
El fenómeno más alentador, y muy importante, es la evolución en la cultura empresarial de los operadores cinegéticos, que son cada vez más conscientes que este tipo turismo tan especializado debe ser indiscutiblemente sustentable y sostenible. El negocio depende de la conservación, es decir, que para poder mantenerlo en el tiempo, deben cuidarse tanto los ecosistemas como las especies sujetas a la caza… es sencillo: de eso dependen el futuro de sus empresas.
Esta evolución ha conducido a los empresarios de la CATCyC a dar un paso enorme realizando importantes inversiones en estudios científicos de las poblaciones de patos en varias provincias, conducidos por especialistas con amplia experiencia en la materia. Pero, quizás, lo más importante es que los resultados de estos estudios serán puestos a disposición de los funcionarios provinciales de Medio Ambiente, y también de los académicos de las universidades públicas y privadas de todo el país.
Estos estudios producirán información de enorme valor, tanto para las gestiones provinciales de Recursos Naturales como para la comunidad científica argentina. Esto plantea una estrategia de defensa de la caza basada en la responsabilidad ambiental, algo que también beneficiará a los cazadores deportivos nacionales.
MESA REDONDA
El 17 de noviembre fue presentado en las oficinas de la Cámara Argentina de Turismo (CAT) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el informe sobre el relevamiento de anátidos 2022, continuación de los primeros pasos dados en 2019.
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