Temporada de vacaciones, tiempo de descanso, y también de disfrutar de lo que tanto nos apasiona como es la pesca. Esta vez, nos recibió un río muy bajo, y una zona en la cual no se podía pescar por la veda, pero igualmente logramos tener piques de una especie que siempre nos deleita.
Por Ariel Robledo
Ya es un clásico para mí y mi familia comenzar el año en Paso de la Patria, y muy especialmente en Cabañas Don Julián, un lugar que adoptamos desde hace muchos años y en donde siempre nos sentimos como en nuestra propia casa.
Un par de días con esa vista inigualable al río, compartiendo con amigos de hace mucho tiempo, la verdad que nos reconforta y nos permite iniciar este 2023 con las energías renovadas. A la amistad que ya hace muchos años tenemos con la familia Lafuente, se le suman otras familias con quienes fuimos fortaleciendo los lazos gracias a ese encuentro que se renueva año tras año en este mismo punto del litoral argentino.
La cercanía de la cabaña al río, nos permite acompañar a los niños en la pesca de costa, con muchos piques de bagres, pequeñas bogas y algunos doradillos. Y para los más pequeños la diversión con las mojarras está asegurada.
Esta vez, el río se encontraba en un nivel muy bajo y con marcado descenso, a lo que también se le sumaba que, desde el mes de noviembre aproximadamente, rige una veda para la pesca deportiva desde la confluencia del río Paraguay con el Paraná, hasta la zona de los cables, al sur de Paso de la Patria. La línea imaginaria va desde Don Julián, hasta los cables de alta tensión que se encuentran aguas abajo.
Indudablemente que la zona vedada es quizás una de las más productivas que tiene el río Paraná en este tramo, ya que la naturaleza hace que cardúmenes de sábalos y bogas se concentren en esto sitio y, tras ellos, aparecen buenos dorados y surubíes. Igualmente debo reconocer que más allá de los patrullajes que realiza la Dirección de Flora y Fauna de Corrientes, junto a Prefectura Naval, se pueden ver embarcaciones pescando en este sitio cada vez que los controles aflojan su presencia.
Algo que no solo sucede aquí, sino que es un problema que se multiplica en otros ambientes litoraleños. Lamentablemente la presión sobre los recursos pesqueros de nuestros ríos sigue sin respetar vedas, ni medidas, ni horarios. Es un mal que se puede ver en todos los cursos de nuestro Litoral y la Mesopotamia, y hasta que no se endurezcan las penas para los infractores, todo seguirá igual, con un pequeño grupo de pescadores que respetan todo, y otro grupo que no les importa nada.
La pesca
Habíamos coordinado realizar dos días de pesca, apuntando, el primero, a los dorados y surubíes en las modalidades trolling y con carnada. Para la segunda jornada, la idea era intentar con las bogas y los pacúes que se estaban pescando aguas arriba de Paso de la Patria.
Luego de un buen desayuno, fuimos al encuentro de Monchi, nuestro guía, quien nos esperaba en el muelle para salir en busca de piques hacia el sur, más allá de la línea de los cables. Los datos indicaban que se estaban pescando algunos dorados con carnada en las primeras horas del día, y no quisimos quedarnos con las dudas. Cuando llegamos vimos un par de lanchas realizando las pasadas, y nos ubicamos para empezar los intentos.
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