En general, la caza tiene un futuro incierto… pero quizás no será el mismo para la mayor que para la menor. Cada una tiene sus oportunidades y amenazas, pero está claro que la menor tiene el peor escenario a corto plazo y sus amantes deberán hacer un esfuerzo de lucha. Lo mismo se podría plantear para la caza con jauría, aire comprimido o arco… todo depende de los propios cazadores.
Por Gabriel Paccioretti – gpaccioretti@yahoo.com.ar
Los enemigos de la caza son muchos y variados: animalistas, veganos, anti-especistas, proteccionistas, pseudo-ecologistas, ecologistas mal informados… incluso profesionales veterinarios mal instruidos que no comprenden cabalmente conceptos como “bienestar animal” o “una salud”. También los desarmistas a ultranza que no saben distinguir un arma automática concebida para el combate de una escopeta de caza.
Además, se suman los habitantes de las ciudades que, alejados totalmente de la realidad del campo, piensan que los ciervos son Bambi o las liebres Bugs Bunny. Los citadinos hacen gala de todo lo que “aprenden” en las redes sociales, a lo que suman su propia ignorancia y demasiada sensiblería por los “pobres animalitos”; pero jamás investigan sobre biología, ecología o preservación de ecosistemas nativos. Eso sí, siempre están dispuestos a apoyar la prohibición de la caza sin haber escuchado a especialistas en conservación de ecosistemas naturales. Es que, simplemente, son incapaces de concebir que la caza es necesaria.
También hay (pocos, pero los hay) biólogos y veterinarios que colocan estas ideologías por encima de los datos duros de la ciencia. Y se suman los funcionarios con prejuicios animalistas: hay provincias que no están dispuestas a enfrentar estudios serios sólo porque ya saben de antemano los resultados, es decir, que revelarán que hay poblaciones silvestres en abundancia para cazar e, incluso, para ampliar los cupos actuales. Tampoco faltan los políticos que escuchan a los ruidosos pseudo-ecologistas buscando sumar votos, pero sin considerar la enorme y silenciosa cantidad de cazadores y sus familias, biólogos, técnicos, académicos, investigadores y verdaderos ecologistas.
Quizás habría que sumar también a los pseudo-cazadores que no respetan las normativas elementales como las vedas, las cantidades permitidas o las especies prohibidas, sobre todo a los que suben imágenes de sus fechorías a las redes sociales con total impudicia. Esta gente nos hacen mucho mal: aunque no apoyan la prohibición de la caza, estos personajes útiles sirven como principal argumento anti-caza.
CAZA MAYOR
El avance de los exóticos invasores es abrumador. Mientras el ciervo axis se encamina a copar todo el litoral, el colorado se extiende por la cordillera tanto hacia el norte como al sur. Los jabalíes y los chanchos asilvestrados están cubriendo virtualmente todo el país, y ya casi no hay provincia que no tenga problemas con esta plaga. También hay otros mamíferos foráneos que necesitan combate urgente (castores, vacas y caballos cimarrones, cabras salvajes, etc.)… incluso también nativos como el guanaco que es ya una preocupación en Santa Cruz, pero esto es otro tema.
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