Viajamos hasta la Patagonia para disfrutar de la pesca y los encantos que tienen el río Futaleufú y sus magníficas truchas.
Por Luis Kurz – kurzluis@gmail.com
Este año, junto a Carlos Villagi, Ricardo Collazo, Jorge Michelini, Andrés Álvarez y Javier Alurralde, todos miembros de la AAPM, decidimos pescar el río Grande o Futaleufú.
Este río se forma en lagos del Parque Nacional Los Alerces, Chubut, más el aporte de arroyos. Atraviesa la cordillera de los Andes, pasando a Chile, desembocando en el lago Yelcho. Luego continúa su trayecto con el mismo nombre hacia el Océano Pacífico.
El nivel está regulado por la represa Futaleufú, lo que hace que tenga bruscas subidas y bajadas, dependiendo de la necesidad de energía eléctrica. Este fenómeno hace que las truchas se muevan constantemente buscando lugares dónde alimentarse.
Volamos a Esquel, y nos alojamos en el Lodge Challhuquen, en el km. 59, de la RN259 sobre el río Grande. Este complejo es un verdadero lujo en todo sentido: desde la belleza del lugar, las habitaciones, excelente gastronomía, sumada a la impecable atención de todo el personal.
LA PESCA
Siendo seis pescadores nos embarcamos en tres cómodas balsas timoneadas cada una por un guía. Flotamos tres sectores diferentes del río.
Comenzando el otoño escasean las eclosiones, por lo tanto vimos poca actividad en superficie. En mi caso empleé caña Nº6 con línea 200 integrada de hundimiento, streamers con patas de goma y zonkers con cola de cuero en color negro y panza roja. Con este equipo capturé varias truchas arco iris chicas a medianas y robustas marrones de kilo a kilo y medio. Todas muy gordas, dando una tenaz batalla apoyadas en la fuerte correntada de este gran río.
Me llamó la atención la cantidad de capturas de juveniles de salmones Chinook de no más de 10/15 cm. Podíamos identificarlos por los dientes, boca negra y la cola diferente. Una vez que completen parte de su crecimiento regresarán al océano Pacífico. En algún momento volverán a estas aguas a desovar. Seguramente este fenómeno cambiará totalmente la fauna acuática de esta zona.
Debo aclarar que no toda la pesca fue con línea de hundimiento, ya que en lugares con menos profundidad y escasa correntada pudimos pescar con líneas de flote, leader de 9 pies y una soft hakle como engaño. Esta mosca imita una emerger de caddis. La técnica consistía en lanzar en forma perpendicular, corregir y dejar derivar para que profundice. En algunos casos los piques se daban en la deriva muerta, en otros, al tensarse la línea, obligando a la mosca a subir, imitando de esa manera una caddis emergiendo.
Nunca había pescado con esta mosca, y me pareció muy divertida. Al final de la deriva, si dejaba la mosca quieta, a modo de carnada, sentía como las truchas pequeñas mordisqueaban el engaño hasta que alguna quedaba clavada.
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