SEÑUELOS A FULL

Después de algún tiempo sin visitar Arocena, llegó el llamado de nuestro gran amigo Miguel Moyano, para deleitarnos con muchos piques de dorados de distintos tamaños.

Por Ariel Robledo

La extrema bajante que afectó durante varios años el litoral argentino, hizo que muchos pesqueros de nuestro Paraná Medio, prácticamente desaparecieran, debido a que los ambientes carecían de la profundidad necesaria para que los cardúmenes de peces pudieran navegarlos. Ante esta situación compleja, muchos guías de pesca tuvieron que pensar y poner en práctica otras alternativas laborales, ya que la navegación era casi imposible.

Esto fue lo que le sucedió a Miguel Moyano, guía de pesca que, desde hace muchos años, se fue ganando un lugar entre los prestadores de servicios, y posicionó muy bien a la localidad de Arocena dentro del mapa de pesca deportiva de la provincia de Santa Fe.

Durante la bajante, y por la falta de salidas al río, Miguel, se vio obligado a reconvertir su actividad laboral. Por este motivo dejó de prestar sus servicios en río.

Ahora, ya con un panorama mucho más alentador, y los niveles del agua en una mejor situación, los pesqueros de este destino comenzaron a dar nuevamente resultados, y así fue que nuestro amigo nos llamó para invitarnos a hacer un relevamiento de pesca, aprovechando el buen momento, y la gran presencia de dorados que hay en los pesqueros de la zona.

Inmediatamente organizamos una salida de pesca junto a Hugo Giardino, con un arsenal de señuelos para practicar baitcasting y spinning.

Llegamos y nos estaba esperando Miguel con una amplia sonrisa. La laguna que se puede ver desde su casa lucía amplia, como en las mejores épocas. Muchas aves, cazando pequeños peces, montando un espectáculo único.

“Esta es la actividad que amo… me siento feliz de poder volver al río…” nos comentaba nuestro anfitrión, después de casi dos años sin desarrollar su trabajo como guía. Recién ahora los niveles de la laguna y los arroyos comienzan a ser normales, permitiendo la navegación. “Por el momento hasta el Paraná no podemos llegar pero, si sigue creciendo, en unos días ya vamos a poder salir al gran río…” sostenía Miguel, quien preparaba unos mates antes de salir a realizar las pruebas.

Es increíble la cantidad de peces que ahora se ven, las crecidas son fundamentales para que el río esté sano y los cardúmenes se renueven.

Señuelos

Con todo listo, y los equipos ya armados para empezar los ensayos, pusimos proa a la aventura. Con la bajante se modificaron muchos ambientes en la laguna, aparecieron canales nuevos y se borraron otros, por lo que la situación de pesca también se modificó. Miguel nos contaba que tuvo que empezar a “estudiar” nuevamente los ambientes, ya que los cardúmenes cambiaron también su ruta.

Una breve navegación nos dejó en la boca de la laguna. Podíamos ver en superficie muchos movimientos de peces y aves alimentándose, señal clara de presencia de carnada.   

Teníamos en la caja de pesca varios señuelos de la firma Don KB que su propietario nos había enviado para probarlos. Como el sitio no era muy profundo elegimos señuelos tipo bananitas y minnows de paletas pequeñas Nº 1; en algunos casos también usamos glidings y sliders, ya que la crecida del río había inundado muchos sectores con escasa profundidad.

Apenas comenzamos las pruebas, recibimos los frenéticos ataques de doradillos que se tentaban con nuestros engaños. No eran muy grandes, pero proponían buena pelea ya que estaban bien alimentados y su fuerza se hacía sentir, especialmente porque estábamos empleando equipos de baitcasting y spinning bien livianos.

La actividad era intensa, y en la salida de la laguna que se conecta con un arroyo fue donde más piques tuvimos. Señuelos de unos 7 a 9 cm. eran los que más piques lograban.

En un momento, Hugo, decide utilizar señuelos de superficie para ver si conseguía algún ataque en superficie. En verdad fue un show, ya que apenas caía el artificial al agua, le daba un poco de movimiento y tenía los ataques.

La mañana se nos esfumó, con tanta actividad, y regresamos a la casa de Miguel, para almorzar, ya que desde hace un tiempo, junto a su familia están llevando adelante un emprendimiento gastronómico, sirviendo platos regionales muy sabrosos.

Compartimos el descanso y la charla amena junto a Miguel, y su amigo Bartolo, quien se acercó para saludarnos. Pasamos un lindo momento con una entretenida sobremesa y, por sobre todo, agradeciendo que el río está regresando a su normalidad, y puede volver a ofrecer sus excursiones de pesca haciendo lo que en verdad lo apasiona.

La tarde

Por la tarde, decidimos regresar en busca de los dorados. Navegamos hasta otro sector de la laguna, que también descarga sus aguas en un arroyo. Aquí vimos en la costa buena cantidad de garzas, lo que era un indicativo de la presencia de carnada y, por supuesto, de dorados.

Con el motor eléctrico, Miguel iba acomodando la embarcación para una caída prolija, y la actividad de dorados seguía muy intensa. Prácticamente no hubo sitios en donde no tuvimos piques. Todos rindieron de igual manera.

En un momento, con Hugo colocamos unos señuelos crank, con formas de globito. Estos artificiales en algunas ocasiones fueron lo que nos salvaron las notas, ya que siempre logramos piques. Pero esta vez, y es algo para tener en cuenta, los dorados no se tentaron tanto con los crank, y cuando les pusimos bananitas o ninnows, la actividad volvió a sacudir nuestras cañas de manera más seguida.

Muchas veces creemos que cuando los dorados están en su momento de máxima actividad van a tomar cualquier cosa, pero definitivamente no es así, a veces tenemos que ir observando bien la carnada que hay en el río, y en este caso se veían muchos bagres pequeños, y no tanto sabalitos o mojarras, o sea que los artificiales con formas más alargadas eran los que mejor engañaban a los dorados…

Cerramos la tarde con un show de piques en superficie, y la felicidad de ver un río lleno de vida, con gran cantidad de dorados y, por sobre todo, con mucho forraje para que se alimenten debidamente.

Arocena, volvió a florecer y, nuestro amigo Miguel, volvió a la actividad que tantas satisfacciones le dio: guiar a los pescadores hacia la felicidad.