La imagen imponente de la ciudad de Rosario, ya con la caída del atardecer, nos ofrecía una postal fantástica desde el río. Regresábamos después de una jornada dura, pero con la satisfacción de haber logrado nuestro objetivo: pescar taruchas en el arranque de la temporada.
Por Ariel Robledo – Fotografías de Paulo Colacrai
Como todos los años, se inicia, en los últimos meses del calendario, la temporada de pesca de una de las especies que se va ganando el cariño de los pescadores: la tararira. Este pez que era menospreciado por muchos, hoy es buscado por los aficionados, especialmente por quienes disfrutan de la pesca con artificiales y mosca. La característica geográfica de Rosario, y el inmenso delta que se presenta frente a la “Cuna de la bandera”, permiten que los pescadores deportivos tengan muchos ambientes ideales para la pesca de taruchas.
Desde hace ya muchos años, Lucas Santángelo, se ha especializado en la pesca con artificiales, aprovechando las virtudes que tiene la zona. “Apenas los dorados dejan de ser protagonistas, entra en escena la tarucha… un pez que posee muchos atributos deportivos, y que los pesadores les gusta…” nos comentaba. Estamos entrando justo a una linda época, cuando las tarus dejan su letargo, y comienzan a ponerse activas. Quizás éste no es el mejor momento para pescarlas en superficie, pero igualmente ya atacan a los señuelos, y es cuestión de tener paciencia para moverlas del fondo y generar sus ataques.
Mucho viento sur
El día del relevamiento nos tocó una jornada complicada, con mucho viento sur, y un descenso de temperatura de casi 10 grados en relación con la jornada anterior. Estas variaciones del clima, indudablemente modifican el comportamiento de los peces, y sabíamos de antemano que la cosa no iba a ser sencilla.
Junto a Walter Simonela y Lucas Santángelo, iniciamos la navegación sobre un Paraná movido, con oleaje importante. Gracias al conocimiento de Lucas, pudimos navegar sin problemas hasta la zona de paso seguro, y desde allí internarnos por las lagunas y bancos de arena que hoy, debido a la bajante del río, afloran por doquier.
De paso hacia nuestro destino, fuimos realizando baitcasting en la parte de barrancas y palos que se emplazan contra la costa santafesina. Tuvimos varios piques, pero seguramente por el oleaje que pegaba contra la costa y ensuciaba el agua, la efectividad no era tan notoria.
Cruzamos el Paraná, hasta las costas entrerrianas, y desde allí empezamos a divisar gran cantidad de bancos de arena, veriles, y muchos cursos que quedaron encerrados sin conexión con el gran río debido a la bajante. Enormes colchones de arena que forman playas paradisíacas se pueden ver hacia los cuatro puntos cardinales.
Lucas nos invitó a indagar en algunas lagunas que ya tiene marcadas y después iríamos hacia las zonas de bancos.
Buscamos en varios espejos de agua a los cuales el acceso no era sencillo, ya que la costa está muy blanda, y se hace difícil llegar. Así y todo fuimos buscando varios espejos en los que pudimos realizar las pruebas sin inconvenientes.
Debido a las bajas temperaturas los primeros piques los consiguió Lucas con un látex de Raptor al cual le adosó una cucharita giratoria. Este artificial le deparó varios piques, y fue la estrella de la mañana. En mi caso, con Walter intentamos con las famosas ranitas de goma, pero lo lográbamos piques. Dejamos pasar las horas, hasta que después del almuerzo, Lucas nos llevó hasta un gran banco de arena que se unía a un arroyo.
Aguas lentas, superficie limpia, y la posibilidad de probar variedad de artificiales. Iniciamos las pruebas con señuelos de superficie, más precisamente con un hélice de NG. En mi caso tenía un paseante de Marine Sports. Tras varios lances, logramos los primeros borbollones en superficie, sin que el ataque fuese franco. Estos ataques nos dieron un indicio sobre el comportamiento de la especie, aún algo aletargada.
Cambiamos la estrategia, y empezamos a utilizar señuelos tipo minnows con una paleta muy pequeña. Aquí los resultados empezaron a mejorar, con muchos piques de taruchas medianas y algunas realmente grandes.
Era un verdadero show de piques, algunos ataques fallidos y saltos fuera del agua.
Nunca había pescado taruchas en este tipo de ambientes, y en verdad que me sorprendió la cantidad de piques que logramos en un par de horas.
Seguramente con condiciones de clima más estable y más temperatura en el agua, los piques se van a multiplicar, y la temporada en la zona de Rosario será todo un éxito.
Se prevé que los niveles de los ríos se van a mantener bajos durante un largo tiempo, en este caso, la opción más conveniente para divertirnos en la “Cuna de la bandera”, radica en hablar con Lucas, y concretar la pesca de taruchas en los bancos de arena, un ambiente que no solo le dará excelentes paisajes, sino también lindos momentos con los artificiales.
Oceanic Travel: Lucas Santágelo, guía de pesca, servicio integral con almuerzo en la isla, pesca con carnada, señuelos y mosca. Salidas desde Rosario, atención a grupos de pescadores.
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Brújula para recorrer Rosario
Para aprovechar al máximo el viaje y hacer un poco de turismo, repasamos aquí las zonas y atractivos clave de esta gran ciudad del Paraná.
En Rosario hay infinidad de cosas para hacer y conocer: circuitos urbanos, una variada agenda artística y cultural, originales espacios para chicos, un valioso patrimonio arquitectónico, gastronomía y movida nocturna. Además la naturaleza es parte de esta ciudad, que invita a respirar aire puro entre caminatas por parques y senderos o en excursiones fluviales por el delta del Paraná. Para no perderse, pueden trazarse cinco zonas que orientan los recorridos urbanos:
– Área histórica: el origen de Rosario gira alrededor de la plaza 25 de Mayo. Desde allí el Pasaje Juramento lleva hasta el Monumento a la Bandera, donde es imperdible subir a la torre para tener increíbles vistas del río y la ciudad. Dato: aproveche las visitas guiadas gratuitas por el área histórica que salen los sábados a las 10 desde el Museo Estévez (Santa Fe 748) y las que recorren el Monumento con salida sábados, domingos y feriados a las 11 desde la Sala de las Banderas (Santa Fe 581).
– Ribera céntrica: es un placer único pasear por los parques y las antiguas construcciones portuarias de la costa rosarina. Desde el Monumento a la Bandera hasta Puerto Norte son unos 5 kilómetros que pasan por el Circuito del Puerto y la Franja del Río para continuar por lugares como el Parque de España, La Isla de los Inventos, el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro) y el Barquito de Papel. Desde cualquier punto de estas costas la vista se pierde en la silenciosa corriente del Paraná, que tiene cerca de un kilómetro de ancho, y más allá se ve el horizonte verde del delta isleño.
– Parque de la Independencia: es el espacio verde tradicional de la ciudad. Da lugar al Jardín de los Niños, un lugar para chicos donde se destacan la Máquina de Volar y la Máquina de Trepar. Además hay un laguito para andar en botes a pedal. A pocos pasos podés visitar el Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino, el Museo de la Ciudad y el Museo Histórico Provincial.
– Bv. Oroño: este boulevard es ideal para un paseo distendido, apreciando la arquitectura de viejas residencias entre antiguos bancos de plaza, palmeras y faroles de época. Es ideal recorrerlo a pie, uniendo la costa con el Parque de la Independencia a lo largo de unas 20 cuadras.
– Costa Norte: más allá de Puerto Norte, siguiendo la costa, a pocos metros entre sí están el Parque Alem y el Acuario del Río Paraná. El paseo ribereño continúa por una zona de clubs, pasa por Rambla Catalunya, prosigue en las arenas del balneario La Florida y finaliza con las vistas panorámicas del paseo Costa Alta, junto a la cabecera del puente Rosario-Victoria.
Playas de río y paisajes isleños
La llegada de los días cálidos abre múltiples opciones para disfrutar del río, la arena y el sol en Rosario. A modo de brújula para organizar los días, marcamos cuatro rumbos:
– Balneario La Florida: en la costa norte, ofrece 400 metros de playa con todos los servicios. Punto clave de la movida del verano, cada año se renueva con eventos y actividades.
– El Banquito de San Andrés: al otro lado del río. Se llega en 15 minutos desde el embarcadero céntrico La Fluvial. Hay playas y paradores donde es posible alquilar sombrillas, tomar unos tragos o degustar una boga a la parrilla.
– La Invernada: es una isla frente a la zona norte. Desde la entrada sur de La Florida las lanchas llegan en pocos minutos a distintos paradores. Podés encontrar servicio de bar, parrilleros, canchas de voley y, siempre, buena onda.
– Paraná Viejo: es un río que corre detrás de La Invernada. A poco más de 20 minutos desde el embarcadero de Costa Alta, abre distintas experiencias isleñas: desde una playa con tragos, música y movida joven hasta un ecocamping donde reina el silencio de la naturaleza.
Por último, otro abanico de opciones pasa por excursiones fluviales que permiten una conexión distinta con el río. Las alternativas abarcan salidas en un gran barco, en lancha, en kayak, en velero, en tablas de Stand Up Paddle y, por supuesto, imperdibles excursiones de pesca.
Podés encontrar toda la info de contactos, horarios y direcciones en www.rosario.tur.ar