La abundancia de la fauna exótica ya es un problema para la ganadería, y mucho más en años de sequía. La caza deportiva es una forma de aliviar el problema de los productores y una oportunidad para los amantes de la cinegética.
En julio visitamos Don Rodolfo, un establecimiento ganadero de Unanue (La Pampa) donde pudimos constatar el problema que causan las abundantes manadas de ciervas.
PROBLEMA
Sebastián Abt, titular del campo, fue muy claro: “Las ciervas son un problema… y no un problema menor. No sólo comen mucho pasto sino que, además, comen el mejor pasto”, como era de esperar. ¿Por qué comerían los pastos duros del monte si tienen a disposición los manjares sembrados para las vacas?
Y, como si eso no fuese suficiente, precisó: “Las vacas no saltan los alambrados pero las ciervas sí, por lo que además eligen. No te das idea: se comen las pasturas sembradas, los pastos naturales… y en los años de seca, cuando todo está pelado, también ramonean los brotes del monte, es decir, que, cuando necesitás echar las vacas al monte, ya queda poco alimento.”
Son ágiles e inteligentes como cualquier animal salvaje que la lucha por la supervivencia obliga a adaptarse permanentemente a nuevas y variadas situaciones. Cuando consultamos a Sebastián sobre los alambrados eléctricos, contestó: “Al boyero lo saltan sin ningún problema. Lo que se hace es poner un boyero del lado de adentro a unos 60 centímetros para que no pasen por entre los hilos, o por abajo, para que no se pongan mañeras, ¿viste?, para que no busquen pasar… eso ayuda al alambrado. Si es un boyero solo, común para las vacas, por más que las pateen aprenden y lo saltan… siempre pasan.”
Por lo que vemos, no sólo es cuestión de pasturas (lo que reduce la capacidad de carga del campo, es decir, que se puede poner menos vacas y reduce la rentabilidad) sino también de gastos de infraestructura, tiempos y esfuerzos dedicados a tratar de poner límite a este problema: “Si le hacés un buen alambrado de veinte hilos y del lado de adentro le ponés un boyero es lo mejor que hay para frenarlas, ¿viste?… yo, después de hacerle el alambrado alto, bien tirante como te marcan todos, le tuve que poner un boyero porque pasaban igual entre los hilos… pero cuando le sumás el boyero las frenás un poco más.”
Este campo ganadero hace el ciclo completo terminando los novillos con grano, pero acá aparece otro tema: “Al maíz también se lo comen… es más, van y comen del silo, ¿viste los silos de autoconsumo que hay? de ahí se sirven… si, se comen todo, lo que es semilla se comen todo… maíz, alimento balanceado, todo.”
Sebastián conjuga la ganadería con varias actividades complementarias, algo que podría llamarse una explotación combinada: ganadería (que es la actividad central), coto de caza, apicultura, extracción de leña.
Preguntamos en qué medida el coto paliaba la situación, es decir, cuánto recuperaba con la caza de lo que perdía con las ciervas, y su respuesta fue contundente: “Sólo en parte, un 25% más o menos, en años como este no se recupera todo lo que se pierde con las ciervas… acá hacemos ganadería y lo demás es sólo un complemento.”
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