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VIENTOS DE CAMBIO

Hemos iniciado un 2024 con fuertes vientos de cambio en nuestro país… estemos de acuerdo o no, con las nuevas definiciones políticas, la realidad nos va a alcanzar y debemos estar preparados.

Textos: Néstor Baldacci – nestor.baldacci@hotmail.com / Fotografías: Damián Gallo – @fogon_amigo

Argentina, al menos en lo discursivo, ha iniciado un proceso donde las libertades individuales se antepondrían a la tutela del Estado, lo cual, inicialmente, podemos pensar que es un enorme avance en la defensa de los derechos del CAZADOR, y ojalá así sea, ya que nuestra actividad es una práctica ancestral que resalta, como casi ninguna otra, la libertad del hombre en su contacto con la naturaleza.

Sin embargo, junto a estas libertades, seguimos viendo y viviendo en todo el mundo y en nuestro país, una exaltación del animalismo más extremo, que humaniza a casi todas las especies de animales, sobre todo a los mamíferos y no tolera ningún tipo de actividad humana que importe algún “sufrimiento” para el animal y, claramente, se opone terminantemente a todo tipo de cacería, aún la de control de exóticos o plagas.

Todo el tiempo vemos en las redes sociales (de enorme impacto en la opinión pública) comunicados, imágenes, adoctrinamiento y ataque de este sector pseudo ambientalista contra nuestra actividad. En muchos casos, somos nosotros los principales generadores de materia prima de primera clase, cuando nuestro ego nos supera y subimos a las redes imágenes con especies prohibidas, con excesos en los cupos o cazando fuera de toda temporada y ley vigente, mostrándole al resto del colectivo cazador lo “excelentes que somos en lo que hacemos” sin darnos cuenta que, en realidad, estamos proporcionando prueba irrefutable a este sector para que nos lapiden socialmente.

Es tan grande y sostenido este movimiento, que la caza hoy socialmente se ve como una actividad retrógrada, extremadamente sanguinaria y cruel e, incluso, lleva a que muchos cazadores escondan públicamente su pasión, para no ser objeto de condena social.

LA CAZA Y EL CAZADOR ESTAN EN PELIGRO DE EXTINCION

Debemos entender este mensaje: La caza y nosotros, los cazadores, estamos en peligro de extinción.

La sociedad que pudo crecer y desarrollarse gracias a la eficacia de los cazadores en la prehistoria, hoy evoluciona a la velocidad de las redes sociales y condena sin dudar un segundo, a todos aquellos que fieles a nuestros ancestros y tradiciones, seguimos viviendo y sintiendo la caza como un estilo de vida.

Es por ello, que una vez más, repito y vuelvo a repetir, la extrema necesidad de unirnos los cazadores como una gran comunidad con intereses comunes, aún con objetivos a veces diferentes, o diversos. Si no hacemos esto y seguimos aislados cuidando la quintita propia, vamos a terminar desapareciendo.

Es el momento de generar un cambio en la actitud de los cazadores, despertar y comprometerse en la defensa sostenida, seria y responsable de nuestra pasión. No hay recetas mágicas, pero inicialmente propongo las siguientes:

* Manejo inteligente de las redes sociales: desterremos completamente del Whatsapp, Instagram, red X, Facebook, Threads, Telegram, etc. la maldita costumbre que tenemos de subir fotos cazando fuera de temporada, cazando un animal en extinción, cazando cantidades absurdas de presas y todo tipo de imagen que suponga “pegarnos un tiro en el pie nosotros mismos”. Basta de ser tan EGO-istas por favor !!! Que no es necesario subir las fotos de las 98 coloradas que maté de furtivo para que todos sepan lo tremendamente pillo que soy…

Seamos inteligentes señores, nadie les pide que dejen de cazar, solamente que dejen de mostrarse lo grosos que son. Hay mil formas de publicar fotos de caza muchísimo más creativas y sugestivas, que disparan la imaginación y los sentidos a mil kilómetros por segundo, que las tradicionales montañas de patos que un gran matador logró derribar.

Nosotros no tenemos la chance, como el pescador, de tomarle la foto al dorado o la trucha vivos y a punto de ser devueltos (aunque incluso no los devuelvan) pero podemos ampliar nuestra imaginación con fotos muchísimo más estéticas que van a ser un pobre material para quienes realmente nos están CAZANDO a nosotros.

* La unión hace a la fuerza:  Los viejos clubes de caza y pesca que antes estaban presentes en casi todas las ciudades del país, convocaban a cientos de cazadores que se reunían ahí a contar sus anécdotas, compartir sus cacerías y, por supuesto, agrandar bastante sus buenos resultados. Eran también el sitio donde uno podía tramitar su licencia, comprar y vender sus armas y cartuchos y donde uno se sentía casi tan a gusto como cuando se salía al campo, el monte o la isla atrás del bicherío. Pero, como muchas otras buenas costumbres y hábitos, se han ido perdiendo casi hasta su extinción total.

Hoy quedan pocas instituciones en pie y las que quedan se dedican mayormente a la pesca o bien al tiro deportivo, relegando la caza a un rincón escondido, como si fuéramos una especie de marginados. Pero ha llegado el momento de recuperar nuestros espacios, juntarnos y hacernos fuertes para enfrentar las dificultades que se avecinan, ya que a la hora de reclamar o ser escuchados, es mucho mejor hacerlo como colectivo y no como individuo.

* Educación y respeto: Todos tenemos algún “recuerdo” en el placard, todos, o mejor dicho, la mayoría, hemos tenido algún desliz en cuanto a las reglamentaciones de caza que, dicho sea de paso, por lo general son realmente absurdas, copiando modelos europeos que en nada se comparan a nuestra realidad. Pero debemos empezar a ser mejores que eso, mejores que nosotros mismos en la versión anterior.

Es un trabajo harto difícil, pero que necesitamos hacer, como esas dietas para reducir de peso que a nadie le gustan, y sin embargo son necesarias para nuestra salud y bienestar, porque la fauna, el hábitat, las tecnologías disponibles y nosotros mismos hemos ido cambiando y es necesario evolucionar, tratando de luchar por no desaparecer.

En lo personal, no estoy en contra de los señuelos y llamadores para patos, de los visores térmicos e infrarrojos, de los supresores de sonidos, cámaras trampas, cebaderos electrónicos y de las mejoras en balística y óptica que el mercado nos ofrece… el problema es cuando abusamos de esas herramientas. Ahí está la discusión y no en su legislación, al menos así lo entiendo yo.

Muchas veces esas herramientas son utilizadas con criterio, evitando una muerte no deseada sobre un animal que no era nuestro objetivo, lo grave es cuando la utilizamos para lo otro, abusando de la tecnología.

En fin, este es un simple enunciado de algunas acciones que podemos empezar a ejercitar, por nuestro bien y el de nuestros hijos y nietos, para que tengan la posibilidad de disfrutar el hecho de SER CAZADOR.

Los invito a reflexionar y a estar atentos. Hay vientos de cambio que pueden destruirnos o ser una oportunidad histórica para recuperar nuestro lugar, nuestros derechos y el respeto que se merece una actividad HUMANA ANCESTRAL Y LEGITIMA para obtener alimento y satisfacción por nuestro propio esfuerzo.

Les deseo a todos un EXCELENTE 2024 repleto de emociones y buenas cacerías!! Un abrazo y cualquier consulta, escriban al correo fesacatde@gmail.com

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