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EL SUEÑO DEL GRAN PACÚ

Una de las pescas más interesantes que nos puede ofrecer el Alto Paraná, indudablemente es la del pacú. La manera de buscarlos, las técnicas que se pueden utilizar, y su brutal pique, sumado a una pelea épica, lo transforman en uno de los peces soñados por los pescadores.

Por Ariel Robledo

Apenas llegamos a Itá Ibaté, escucho la voz de nuestro guía, Culebra, que me dice: “Hoy los encontré… hay lindos pacúes…”. Esas palabras son las que cualquier pescador desea escuchar, aunque el único problema que generan es que a uno le cuesta conciliar el sueño, porque como un eco retumban en la cabeza esas escasas frases que significan mucho.

El pacú, es un pez que desde hace muchos años me deslumbra, tiene todos los atributos para cautivarnos, porque es impredecible, es mañoso, tiene potencia, y su figura siempre nos dibuja una sonrisa. Su pesca exige silencio, paciencia, precisión cuando lo pescamos al golpe con carnada o señuelos, mucha atención si lo pescamos anclados… en fin… lindo por donde se lo mire a este pez que también se lo denomina el “lechón del río”. Su alimentación es omnívora ya que se nutre de pequeños peces, frutos de los árboles costeros, cangrejos, caracoles, etc. Cada lugar tiene su técnica para pescarlos, cada ambiente presenta su dificultad, y en esos sitios, el ovalado se mueve cómodamente.

Este viaje, lo realicé junto a mi hijo Valentín y Ricardo Diez y, al llegar a Itá Ibaté, luego de estrecharnos en un abrazo con Francisco, nos pusimos a conversar con quien sería nuestro guía. Temprano acordamos salir en busca de esta especie, pero solamente en la modalidad baitcasting, “porque con señuelos salen los más grandes”, nos dijo Culebra…

El día soñado

Amaneció con el cielo despejado, una suave brisa, y el río ideal para navegarlo. Teníamos las mayores ilusiones de poder lograr una buena nota, teníamos todas las esperanzas puestas en el pacú.

Para mí era un doble desafío, ya que, por un lado, no tengo muchos pacúes pescados en la modalidad de baitcasting y, por otro, deseaba que mi hijo experimente la sensación de prender un ejemplar con esta técnica.

En una impecable embarcación de astillero Electra, empujada con un potente motor Honda BF de 115 HP, salimos rumbo al punto de pesca en donde el guía nos había asegurado que podríamos tener piques. Mientras navegábamos, fuimos ajustando los equipos y buscando en la caja de señuelos aquellos que podrían darnos respuestas. Seleccionamos varios modelos con similares formas: Chumbinho, RPL globito de Don KB, Velociraptor con paleta escalonada, Velociraptor Crank de Raptor, algunos artesanales de madera de Miguel Moyano…

Metros antes de iniciar las pruebas, el guía detuvo la marcha y bajó cuidadosamente el motor eléctrico para iniciar el derrotero.

Pacúes en baitcasting

Para esta pesca es fundamental tener presente algunos consejos. Es importante que cuando lanzamos los señuelos contra la costa y debajo de los árboles, la caída del artificial sea lo más natural posible, simulando la caída de un fruto desde los árboles. Otro consejo es que cuando cae el señuelo lo dejemos unos segundos antes de empezar a traccionar. Muchas veces, estamos acostumbrados a lanzar y recuperar para el dorado, y en cambio el pacú es un pez un poco más lento en la toma del artificial, por lo tanto no está demás dejarlo un segundo cuando cae y empezar a traccionarlo lentamente.

Con estas indicaciones empezamos a bajar paralelos a la costa, con la lancha empujada por la corriente, y corrigiendo la deriva con el motor eléctrico, una herramienta fundamental para que la lancha siempre esté a la misma distancia y para evitar el ruido que significaría tener que encender el motor cada vez que el viento nos empuje hacia la costa.

Con lanzamientos bien precisos, pegados a la costa, veníamos efectuando los ensayos muy prolijamente. En un momento, Ricardo lanza su señuelo, y apenas toca el agua una explosión nos detuvo el corazón a todos. Fueron milésimas de segundos, y la línea bien tensa que salió disparada hacia unos palos que estaban en la costa. ¡Pacú, pacú! Fueron los gritos desesperados y con mucho cuidado el guía tuvo que remontar el trayecto para llegar hasta el lugar en donde estaba la línea enredada. Su paciencia y sabiduría, hizo que lentamente el pacú fuera saliendo de la zona peligrosa para llevarlo hasta el medio del río, en donde Ricardo lo pudo pelear más tranquilo. Aquí vale destacar que es importante tener un multifilamento de buena resistencia, ya que el pacú suele buscar zonas de palos para refugiarse, y si el multi es muy fino o de mala calidad se termina cortando al mínimo roce. Primera captura y devolución para iniciar la jornada.

Seguimos derivando lentamente hasta concluir el recorrido sin piques. Volvimos a navegar hasta la zona en donde se logró la primera captura, pero dando la vuelta por una isla ya que si hacemos ruido por el sitio en donde estábamos pescando se terminarían las chances.

Empezamos la bajada, y casi en la misma zona en donde Ricardo tuvo su pique, me llegó el turno a mí, con otro lindo ejemplar más chico, pero que me generó una tremenda felicidad. Dos bajadas.., dos capturas… lindo promedio.

Hicimos todo el recorrido nuevamente, y como si los pacúes estuvieses concentrados en una franja del río, esta vez nuevamente Ricardo prendió una linda “torta”. Un hermoso ejemplar que se metió entre los palos nuevamente y que le costó más trabajo poderlo sacar. Varios minutos de incertidumbre, pero siempre con la tranquilidad que nos transmitía el guía, de no apurarnos y hacer las cosas con paciencia. Tras insistir algunos minutos, logramos sacar al pez de los palos, y la felicidad se apoderó de toda la lancha. Tremenda bestia que nos permitía casi ir cerrando la nota en tan solo la mañana. Cuando vemos el señuelo artesanal que estaba utilizando Ricardo, notamos que la fuerza de la mandíbula del pacú había partido al artificial de madera… Fotos y la debida devolución. Todo era felicidad, pero le faltaba a Valentín tener su chance…

Nuevamente el recorrido para posicionarnos en el mejor tramo. Empezamos la bajada, el señuelo Velociraptor paleta escalonada de Valentín ganaba en precisión, y el guía lo alentaba diciéndole que estaba haciendo las cosas muy bien, que ya iba a tener su recompensa.

En uno de los lances, cae el señuelo y, tras un par de vueltas de manivela, la línea del reel sale disparada hacia el medio del río. ¡Pacú grande! Dice Culebra, y con el motor eléctrico trata de alejarse de la costa. La caña doblada al límite y los brazos temblorosos de Valentín generaban un silencio tremendo en la lancha. Todo era expectativa, todo era tensión. Cada uno seguía atentamente el movimiento de la línea, porque al pez no lo podíamos ver. En un determinado momento empezamos a descubrir la figura ovalada de un pacú que hacía mucho tiempo no veía.

Con mucha tranquilidad el guía lo metió en el copo, y cuando estuvo en la lancha, todos estallamos de felicidad. Un pacú de esos que pocas veces podemos llegar a prender, y con una técnica que, sinceramente, me cautivó para siempre. Fotos, abrazos, emoción, y la devolución de la bestia que tanto soñamos pescar.

El guía nos mira con una gran sonrisa, y nos dice… “podemos volver tranquilos, la nota está terminada…”

Mientras navegábamos, por mi cabeza pasaban las imágenes de este tremendo pez, y de las otras capturas que en media mañana habíamos conseguido. Repasaba esos instantes de adrenalina pura, de nervios, de incertidumbre y el corazón se me llenaba de felicidad. Son estos momentos excepcionales los que uno se imagina mientras trata de conciliar el sueño la noche anterior… Son estas capturas las que nos vuelan la cabeza y las que soñamos encontrar… son estas alegrías las que nos transmite la pesca y que se graban a fuego para recordarlas toda la vida.

Puerto Paraíso – Itá Ibaté

Habitaciones climatizadas, amplísimas, con baños muy cómodos y TV por cable. Grupo generador propio para todo el complejo. Posee también lanchas pescadoras, equipadas con todos los elementos que garantizan la seguridad y una excelente navegación, con motores 4 tiempos. El servicio contempla desayuno, almuerzo y cena, lanchas, guías, combustible, y alquiler de equipos de pesca. El servicio es completo, atención especial a grupos de pescadores.

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