Siguiendo con la línea de ofrecer a los pescadores nuevas opciones de pesca, Posadas Puerto Paraíso hizo su arribo al Portal Sur de la provincia de Corrientes, con una infraestructura que contempla todas las necesidades de los aficionados.
Esquina es uno de los pesqueros más reconocidos de la Argentina, y la cantidad de complejos que se han emplazado en este destino así lo ratifican. En este sentido y siguiendo con la línea de ofrecer nuevas alternativas a la vasta cantidad de clientes que tiene Posadas Puerto Paraíso, hace muy poco tiempo hizo su arribo a este pesquero, con la intención de ofrecer un servicio integral, muy similar a lo que ya se brinda en Itá Ibaté, Yahapé e Itatí.
Todos los detalles cuidados al extremo, con habitaciones pensadas para un buen descanso, gastronomía de primer nivel, lanchas amplias y guías conocedores de los ambientes, que nos permitirán acceder a los distintos pesqueros de la región, conforman un cóctel que los pescadores deportivos pueden aprovechar en el sur correntino.
Con el objetivo de conocer las nuevas instalaciones y cómo se presentaba la pesca en los ambientes esquinenses, llegamos por la noche y fuimos recibidos por Juan, el encargado de la posada.
Las condiciones climáticas no eran las mejores, pero teníamos la certeza que en las horas posteriores mejorarían y, por ende, lograríamos relevar los pesqueros sin inconvenientes.
Lamentablemente lo que sería una lluvia breve por la región, según el pronóstico, se convirtió en una fuerte tormenta de agua y viento que se prolongó varias horas más de lo previsto.
Cerca del mediodía de la primera jornada, la lluvia cesó y, gracias a las amplias embarcaciones del complejo, pudimos salir al río que no se encontraba en las mejores condiciones. Con gran pericia, Gustavo, nuestro guía, fue piloteando por el Paraná, hasta llegar a una zona de arroyos con reparo del viento, y en ese sitio hacer los primeros intentos con carnada.
Aguardamos unos minutos pero los piques no llegaron, entonces salimos al Paraná a buscar también sectores con reparo. Lentamente el viento iba bajando su intensidad, y eso nos permitía buscar distintos puntos. Ya entrada la tarde, cuando la serenidad había llegado a las aguas del gran río, pudimos tener un par de piques en zonas de barrancas y palos. Los toques no llegaron a convertirse en capturas. Veíamos en los señuelos las marcas de los dientes pero no tomaban firme, seguramente la acción del viento y el frío, habían agitado mucho las costas y esto jugaba en contra de nuestras posibilidades.
Llegamos al complejo y nos aguardaba un sabroso costillar a las llamas. Las condiciones para el segundo día mejoraban notablemente, y en ese día pusimos todas nuestras esperanzas.
Segunda jornada
Ya con un día espléndido por delante, salimos en busca de una nueva oportunidad. Esta vez, el guía nos indicó que íbamos a navegar hacia el norte, en un tramo del río que tenía actividad de carnada y en donde podíamos lograr resultados.
Después del desayuno, salimos en una jornada que se presentaba óptima para la pesca. Mates de por medio fuimos recorriendo el Paraná, viendo la interminable cantidad de ambientes que existen para la pesca.
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