El gran momento por el que atraviesa el Paraná Medio, nos permitió disfrutar de muchos piques de dorados y surubíes en la Perla del Norte Santafesino.
Por Ariel Robledo
Veníamos monitoreando la situación de pesca en el tramo medio del río Paraná, y los comentarios eran de lo mejor. Después de la crecida que experimentó el gran río durante los meses de noviembre y diciembre del 2023, ahora estamos atravesando por un momento de bajante rápida. Esta situación que se generó a fines del año pasado, permitió que los peces se reproduzcan de una manera notable, poblando las lagunas y los bañados con gran cantidad de alevinos de todas las especies. Con esta bajante, estos espejos de agua comienzan a desaguar y despedir los cardúmenes de pequeños peces, lo que conforma un momento óptimo para que los predadores estén a la espera de su dieta.
Justamente esta situación era la que nos explicó Pablo Ovando, antes de cursarnos la invitación para visitar su zona: “Vengan porque hay mucho pescado y es el momento ideal para hacer una nota…”.
Sin tanto protocolo, coordinamos con Hugo Giardino y Jorge Espasandín, salir hacia el norte santafesino, con equipos preparados para pescar con carnada y también con señuelos.
Complejo Pirayú
Emplazado en el Puerto de Reconquista, el complejo de Pirayú nos permite ubicarnos en habitaciones cómodas, con aire acondicionado, un amplio quincho comedor y, por supuesto, una piscina para refrescarnos. Desde el complejo estamos a tan sólo unos 100 metros de la bajada de lanchas desde donde parten las excursiones.
Cenamos junto a Pablo y programamos lo que sería el día de pesca. La temperatura pronosticada para la jornada siguiente iba a rozar los 38 grados, por lo que decidimos que saldríamos a pescar bien temprano y, cerca del mediodía, regresaríamos para refrescarnos, y salir a la tarde con el sol ya no tan fuerte. Por la mañana iríamos al sur, y por la tarde buscaríamos los pesqueros del norte, y si era necesario teníamos otra jornada para disfrutarla.
Apenas el sol asomaba tímidamente en el horizonte, empezamos a navegar aprovechando la brisa fresca de la jornada. La idea era buscar los dorados sobre el río Paraná en la modalidad baitcasting, pero mientras navegábamos nos llevamos la sorpresa de ver que con el descenso tan rápido del río se enturbiaron las aguas del Paraná, que tan sólo un par de días antes lucían con mayor claridad. Esto nos obligó a replantear nuestros objetivos, ya que se iba a hacer muy difícil que los dorados tomaran los señuelos. Pablo empezó a buscar distintos lugares en donde podríamos encontrar un poco de claridad en el agua, pero la tarea no fue sencilla.
Ubicamos una laguna con aguas claras, pero los tamaños eran muy pequeños, y también se sumaron a las capturas algunas palometas.
Pablo nos invitó a cambiar de estrategia, y con morenas, buscar la posibilidad de algún dorado con carnada o bien intentar con los cachorros de surubíes.
Con morenas encarnadas, tuvimos un par de piques de doradillos, pero lo que nos sorprendió fue la cantidad de piques de surubíes que empezamos a tener en cada lugar en donde nos detuvimos. Realizábamos garete o deriva con la lancha empujada por la corriente, con plomos de unos 20 gramos y aparejos verileros en mi caso, y corredizos para Hugo y Jorge. En verdad sacamos casi 12 surubíes en un par de horas, lo que nos empujó a regresar al complejo antes del mediodía con la nota casi resuelta.
No eran tamaños tan grandes, pero estos voraces cachorros imponían toda su potencia cada vez que tomaban la carnada.
Almorzamos un sabroso asado junto a Pablo, y después de refrescarnos en la pileta nos fuimos a descansar hasta las 16 hs. Momento en el cual cumpliríamos con nuestro segundo plan que era navegar hacia el norte.
Maravilla natural
El calor se hacía sentir, pero estábamos descansados y con la ilusión de lograr un cierre de nota espectacular.
Íbamos navegando por el riacho San Jerónimo y, de pronto, en la unión con el arroyo El Palma, vimos estallar el agua de manera impactante. Pablo detuvo la marcha y nos fuimos acercando lentamente para descubrir un show único: miles de sabalitos que salían del arroyo, y gran cantidad de dorados cazando en superficie.
Hacía mucho tiempo que no veíamos esta situación, y por supuesto, nos detuvimos para intentar las capturas de dorados. Como el agua del arroyo era clara, empezamos a utilizar señuelos de media agua.
Grande fue la sorpresa al ver que no teníamos ningún ataque. Los dorados estaban cebados con lo sabalitos y nada los iba a distraer… Cambiábamos de señuelos, de modelos, de colores, y nada…
En un momento, Hugo, decidió intentar con señuelos de superficie, utilizando unos poppers, y ahí empezó el momento de mayor adrenalina, ya que, gracias al chasquido que hace este artificial, los dorados lo confundían con algún sabalito herido, y lo atacaban de manera constante. A veces en el viaje del señuelo se tenían tres o cuatro ataques en el mismo artificial. Era una cosa de locos, Hugo, totalmente transpirado parecía una criatura disfrutando de este sensacional momento que nos ofrecía el río. Jorge se prendió también a esa técnica y tuvo mucho piques y capturas con señuelos de similares características.
Y los surubíes… también
Mientras filmaba el espectáculo de los dorados cazando sus señuelos, decidí probar algo diferente, aprovechando que la carnada salía hacia el río. Si estaban los dorados… deberían estar también los surubíes…
Encarné con morena y lancé atrás de la lancha con plomo de unos 40 gramos. Pasaron unos segundos… tal cual, como dije… unos segundos, y siento que mi línea comienza desplazarse lentamente… Dejé que lleve un poco, luego se frenó, y después arrancó la llevada franca. Frené el reel y clavé, y en el extremo los cabezazos de un cachorro de surubí que me hizo estallar de emoción… Así empezó otros de los momentos épicos con los surubíes… entre dorados y cachorros, la diversión estaba a pleno.
Por momentos los surubíes tomaban la carnada, pero no llevaban de una vez, había que dejarlos un ratito para que se animaran a engullir el ofrecimiento, y recién ahí clavar. La verdad que fue un momento sensacional, hasta que decidimos darle fin a este relevamiento antes que el sol fuera tragado por el horizonte…
Teníamos una jornada más para pescar, pero decidimos que con el material logrado ya teníamos bastante, y que no era necesario salir al otro día.
Sinceramente, quedamos deslumbrados por el mágico relevamiento que logramos en tan sólo un día…
El río atraviesa un momento ideal, para que grandes y chicos puedan divertirse con gran cantidad de piques de dorados y surubíes, y en Reconquista, Pirayú Excursiones te espera con todo listo para que tu experiencia sea inolvidable.
Pirayú Excursiones de Pablo Ovando – En Reconquista (Santa Fe)
Dorado, surubí y variada – Todos los estilos de pesca – Lanchas amplias, totalmente equipadas – Alojamiento propio en la zona del puerto, habitaciones con aire acondicionado, comedor, desayuno, servicio completo para el pescador deportivo.
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